Muchos países de ingresos bajos y medios están descuidando la problemática del sobrepeso y la obesidad como amenazas para la salud pública, al tiempo que no luchan con eficacia contra la desnutrición, es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una serie de directrices para evitar enfermedades derivadas de una mala nutrición.
En el mundo hay 43 millones de niños menores de cinco años que sufren de sobrepeso u obesidad, la mayoría de ellos en países desarrollados, pero la tendencia indica que cada vez más menores de países en desarrollo padecen esas enfermedades.
Según los datos de la OMS, el 7 por ciento de los 43 millones de niños con sobrepeso residen en Latinoamérica, otro 7 por ciento son africanos y un 5 por ciento asiáticos.
Los niños obesos tienen más tendencia a desarrollar esa dolencia en la edad adulta, por lo hay que atacar el problema desde la infancia.
Al mismo tiempo, más de cien millones de niños menores de cinco años están desnutridos y otros 165 millones son raquíticos, es decir: tienen una baja estatura para su edad.
Tanto la desnutrición como el sobrepeso derivan de una mala nutrición, de un no poder o no saber comer correctamente.
Es por ello que durante la Asamblea Mundial de la Salud de 2012 se decidió frenar el avance imparable de las consecuencias de una mala nutrición y se estableció que se crearían unas directrices que hoy han sido presentadas.
"Sabemos lo que hay que hacer, lo único que se necesita es que los países implementen los programas de concienciación y prevención", señaló en rueda de prensa Francesco Branca, director del departamento de Nutrición de la OMS.