Confirman beneficios de anticoagulante contra trombosis

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La trombosis venosa es un problema de salud pública mundial y representa una de las primeras causas de mortalidad en México. Aunque se desconoce la cifra precisa, se estima que en el país se manifiestan entre 400 mil y 500 mil casos por año[i], mientras que en Europa el número de muertes está por encima de las causadas por el SIDA, cáncer de mama, próstata y por accidentes de tráfico en su conjunto.

Una trombosis venosa ocurre cuando un coágulo de sangre (trombo) se forma en una vena[ii]. Con frecuencia se desarrolla en las venas profundas de la pierna o de la pelvis y se conoce como trombosis venosa profunda (TVP). Una embolia surge si el coágulo, o una parte de éste, se desprende del sitio de formación y se desplaza por el torrente sanguíneo hacia el cerebro; pero si se aloja en el pulmón, se presenta una complicación mortal llamada embolia pulmonar (EP).

La TVP y la EP se denominan colectivamente tromboembolia venosa (TEV) y se estima que ocupa el tercer lugar entre los trastornos cardiovasculares más comunes, después de la cardiopatía coronaria y los eventos vasculares cerebrales. Sin embargo, debido a su prevalencia, morbi-mortalidad y complicaciones crónicas, estos males representan una pesada carga para los sistemas de salud a nivel mundial por sus altos costos de atención. Se estima que los gastos directos anuales en Europa superan los 3,070 millones de euros, mientras que en Estados Unidos se destinan hasta 15,500 millones de dólares a su diagnóstico.

La evidencia científica prueba que la presencia de un evento tromboembólico se debe a la suma de factores de riesgo (ser mayor de 40 años, sedentarismo, cirugía ortopédica mayor y trauma vascular, entre otros), aunque también se dan casos sin motivo aparente. Así, el riesgo de sufrir discapacidad y muerte por una TVP o EP y eventos recurrentes en quienes no reciben un tratamiento convencional, ha creado una gran necesidad de desarrollar medicamentos más seguros y eficaces para mejorar su salud y calidad de vida.

Y es que hasta hace poco, la terapia de referencia eran tratamientos conocidos como antagonistas de la vitamina K (warfarina), los cuales interactúan con múltiples alimentos y fármacos que limitan su uso. Al mismo tiempo estos fármacos requieren someter al paciente a exámenes de laboratorio para monitorear los niveles de coagulación y ajustar la dosis, a fin de evitar cuadros hemorrágicos.

Hoy existen nuevas moléculas como dabigatrán, de Boehringer Ingelheim, que ofrecen una anticoagulación efectiva, predecible y consistente, por lo cual no es necesario mantener un monitoreo rutinario de los niveles de coagulación o ajustar la dosis constantemente. Además, registra un bajo nivel de interacción con ciertos alimentos o medicamentos.

 

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