La nicotina es un ingrediente psicoativo muy adictivo. El fumar es uno de los principales factores de riesgo de diversas enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades pulmonares y cardiovasculares. Para considerar a alguien fumador, regularmente debe de hacerlo o en casos más agravados ya depende de él.
En el humo de tabaco hay un aproximado de 400 sustancias de los que un mínimo de 250 son nocivos y 50 más son cancerígenos, entre ellas la cardiopatía coronaria y el cáncer de pulmón, en el adulto; el síndrome de muerte súbita en el lactante, y de bajo peso al nacer en el feto.
Los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacan que cualquier persona, fumador o no, se encuentra todos los días expuesto al humo de este. Calcula la organización que más de la mitad de los niños del mundo se encuentra respirando este aire contaminado, ya que uno de cada cuatro niños, uno de sus progenitores fuma.
El dejar de fumar permite desde los pocos minutos restablecer la presión arterial a un nivel normal. Sin embargo la abstinencia provoca en un fumador nerviosismo y falta de atención, así como sueño, falta de apetito y sed entre otros.
Su efecto genera efectos de adicción fisiológica y psicológica, empero, a diferencia de otras drogas, este no causa efectos psciotrópicos o alucinógenos.
Los efectos positivos de dejar de fumar se manifiestan desde los 20 minutos regulariza la presión arterial y también el ritmo cardíaco disminuye; así también el Instituto de Seguridad de Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) señala que a las ocho horas, la concentración de monóxido de carbono disminuye también a niveles normales y el nivel de oxígeno se eleva.
Después de 24 horas se reduce considerablemente el riesgo de sufrir un paro cardíaco; dos días después, la fatiga se ve disminuida y se percibe un aumento en la agudeza olfativa y del gusto. Tres semanas después la circulación y función pulmonar se ve mejorada.
Lo que respecta a las campañas anti-tabaquismo, la OMS destaca que existen unos 19 países que tienen actualmente alguna reglamentación al respecto. En la Ciudad de México existe la
Ley Antitabaco desde el 2008, con la que dentro de los edificios y otros espacios cerrados se debe de mantener el espacio libre de humo de tabaco.
A nivel nacional, México se ha unido a la campaña a través de imágenes y leyendas de prevención en las cajetillas de cigarros con lo que se pretende establecer conciencia en sus consumidores sobre los riesgos de este producto.