Las estadísticas demuestran que la osteoporosis es un importante problema de salud pública. Basta mencionar que a nivel global cada tres segundos se produce una fractura causada por la osteoporosis, y que hasta una de cada dos mujeres mayores de 50 años de edad sufrirán una fractura osteoporótica en algún momento de su vida. Si bien los datos actuales disponibles sobre
osteoporosis en América Latina son escasos, estudios realizados en Argentina han arrojado cifras preocupantes: se estima que sólo 1 de cada 4 mujeres mayores de 50 años presenta una densidad ósea normal, mientras que dos tienen osteopenia (un estadio previo a la osteoporosis) y una cuarta osteoporosis.
Prevenir, diagnosticar y tratar oportunamente la osteoporosis y las enfermedades metabólicas de hueso es el mensaje del Día Mundial de la Osteoporosis 2013, organizado por Fundación Internacional de la Osteoporosis (IOF, por sus siglas en inglés), y que como cada año se realizará el 20 de octubre próximo.2 Durante esta fecha la IOF busca hacer hincapié en que la osteoporosis es una enfermedad que no suele dar síntomas. De ahí la importancia de consultar oportunamente al médico para que evalúe la presencia de factores de riesgo e indique, de ser necesarios, estudios como la densitometría mineral ósea, un procedimiento diagnóstico capaz de detectar mínimas perdidas de masa ósea.3 Por otra parte, existen actualmente medicamentos que pueden enlentecer o incluso detener el debilitamiento de los huesos. Estos medicamentos también pueden disminuir la probabilidad de sufrir una fractura.
Aun cuando hay factores de riesgo que no pueden ser modificados, existen efectivas medidas para prevenir la osteoporosis, entre las que se encuentran realizar actividad física en forma regular, asegurar una dieta rica en nutrientes necesarios para el hueso, evitar hábitos dañinos para la salud, como el tabaquismo, mantener un peso corporal saludable, identificar aquellos factores de riesgo que no pueden ser modificados (edad, menopausia, historia familiar de osteoporosis), y discutir con el médico si existe riesgo de osteoporosis, y, en caso afirmativo, tratarse oportunamente.
Otro de los aspectos clave para la prevención de las fracturas osteoporóticas es asegurar un adecuado nivel de vitamina D: la deficiencia de vitamina D se relaciona con un mayor riesgo de osteoporosis y, de forma más precisa, con un mayor riesgo de sufrir una fractura de cadera. De ahí que, de igual forma que ocurre con el calcio, garantizar un adecuado consumo de vitamina D contribuye con la prevención de la osteoporosis. En algunas personas, se recomienda la suplementación con vitamina D para poder asegurar los requerimientos mínimos diarios. Actualmente existen medicamentos que además de controlar el progreso de la enfermedad, también previenen fracturas.