El estrés se define como una respuesta fisiológica del cuerpo a situaciones o problemas que pueden afectar negativamente la actitud o el organismo de una persona. El estrés se divide en cuatro categorías: eustrés, distrés, hipoestrés e hiperestrés, de acuerdo con la doctor Mauricio Morales Magallón.
El eustrés es una forma de estrés positivo. Es un estrés motivador y permite que la persona concluya su proyecto o trabajo. El distrés es un estrés negativo que afecta las personas a través del miedo, frustración y a veces, la ira. El hipoestrés ocurre cuando alguien no está bajo estrés positivo y puede dar origen a más problemas, produciendo tedio y desesperación. El hiperestrés es el resultado del estrés cuando alguien se esfuerza demasiado para cumplir plazos.
Cuando aparece el estrés, podemos vernos afectados por hábitos poco saludables o negativos que pueden influenciar su salud bucal, tales como el uso del tabaco y alcohol, que pueden influenciar el desarrollo de las enfermedades periodontales (de las encías y hueso que soporta a los dientes) o el bruxismo (rechinar los dientes).
El estrés puede afectar la salud bucal de las personas, causando los siguientes problemas:
Afectar la capacidad o eficiencia para cepillarnos los dientes y usar hilo dental, por estar pensando en otras cosas menos en lo que estamos haciendo, dejando restos de alimento entre los dientes, lo que va a ocasionar que se produzca inflamación en las encías (gingivitis).
La hormona cortisol está presente en el estrés, se acumula en niveles crecientes y puede llevar a la enfermedad periodontal(periodontitis).
Aparición de aftas: son heridas blanquecinas que se forman en encías y mucosa, que pueden variar en tamaño y cantidad en la boca, son causadas por virus, bacterias y/o deficiencias del sistema inmunológico. Disfunción de la Articulación Temporomandíbular: al abrir se traba la mandíbula.
Bruxismo: rechinar y apretar los dientes de forma inconsciente, al estar dormidos, lo más común, o incluso despiertos, lo que provoca dolor en los músculos de la masticación y lo peor, desgastes prematuros en los dientes.
Boca seca – El estrés puede afectar el nivel de salivación lo cual va a ocasionar que la formación de caries sea más agresiva.