El neurólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Francisco Javier Jiménez Gil, afirmó que el Mal de Parkinson es el principal trastorno del movimiento entre los adultos mayores.
Añadió que caracterizados por ser degenerativos y progresivos, los trastornos del movimiento tienden a aumentar, sobre todo por la mayor expectativa de vida que se traduce en una población envejecida con propensión al desarrollo de enfermedades crónicas como ésta.
Destacó que si bien la Enfermedad de Parkinson es la forma más común de dichas afecciones, existe una gama muy amplia de éstas, de manera tal que hasta el siete por ciento de la población, al margen de la edad, padece alguna ellas.
Esta situación es muy grave ya que generalmente los trastornos del movimiento son procesos con altos índices de incapacidad en detrimento de la calidad de vida de quien los padece. “Se ha determinado que una persona con Parkinson, vive 20 años o más con la enfermedad”, dijo.
Precisó que los trastornos del movimiento constituyen el segundo motivo de consulta en el servicio de Neurología del citado nosocomio y es la Enfermedad de Parkinson la más frecuente de entre toda la gama de este tipo de afecciones que incluyen también temblores, coreas, ataxias y tics.
Señaló que el Parkinson se considera una enfermedad multifactorial en la que la genética juega un papel fundamental.
“No se conoce con certeza su causa, la verdad es que su origen es múltiple y además del aspecto genético deben coincidir muchos factores para que finalmente la persona exprese la enfermedad”, apuntó.
Dijo que entre las hipótesis más aceptadas en torno a la expresión de la Enfermedad de Parkinson, está la exposición prolongada a factores adversos, entre los que mencionó los pesticidas y herbicidas, sin omitir otros productos como solventes e hidrocarburos e, incluso, las drogas, especialmente el cristal.
El médico dio a conocer que si bien ha habido mucho avance en el diagnóstico y tratamiento de ésta y otras alteraciones del movimiento, durante mucho tiempo este tipo de enfermedades estuvieron en el olvido.
Indicó que todo movimiento incontrolado en fase de reposo, así como rigidez sobre todo en la zona de la nuca, deben ser valorados de inmediato para determinar el origen e iniciar de inmediato el tratamiento que se requiera.
Dijo que aunque la Enfermedad de Parkinson y el resto de los trastornos del movimiento tienden a la cronicidad, es decir, no se curan, sí pueden en cambio, tener un muy buen control sobre todo cuando se empiezan a tratar en sus fases más incipientes.