Pérdida de densidad ósea y riesgo incrementado a sufrir fracturas mortales hasta en un 50 por ciento de los casos, es uno de los principales riesgos asociados a la menopausia, dijo el especialista Juan Carlos Pérez Barba.
La menopausia es una etapa de toda mujer a partir de los 48 años, caracterizada por el cese en la producción de
hormonas femeninas, concretamente estrógenos, informó el experto gineco obstetra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco.
Destacó que los estrógenos u hormonas femeninas participan en más de 100 funciones en el organismo de la mujer, una de ellas, la absorción de calcio, de ahí que la reducción acelerada en la densidad de los huesos sea una de las repercusiones no perceptibles durante esta etapa.
Indicó que lo más característico de la menopausia para muchas personas son los llamados 'bochornos', sensación de calor y sudoración que, en especial durante la noche, padece hasta el 75 por ciento de las mujeres en esta etapa de su vida.
Sin embargo, las repercusiones no tan evidentes, como la pérdida de densidad en los huesos, constituye uno de los riesgos más importantes en la menopausia, reiteró el titular de la Clínica de Climaterio, Menopausia y Osteoporosis del Hospital de Gineco-Obstetricia del Instituto en el estado.
Y es que, dijo, los huesos porosos, como su nombre lo indica, son en extremo frágiles y en ocasiones ante un movimiento mínimo, pueden romperse, confinando a la paciente a reposos prolongados en detrimento de su calidad de vida, sobre todo cuando la fractura es en la cadera.
“La fractura de cadera es dramática porque el 50 por ciento de las pacientes que se quiebran la cadera, fallece en los primeros dos años posteriores a la lesión”, destacó el experto.
Señaló que la inmovilidad prolongada que requieren estas pacientes facilita que a su vez desarrollen otras complicaciones como neumonía, de ahí la alta letalidad.
Por ello, sugirió que toda mujer a partir de los 40 años, en que inicia el climaterio o fase previa a la menopausia, debe reforzar su cultura preventiva y ésta implica la visita anual al ginecólogo, quien con una serie de estudios clínicos y radioimagenológicos, podrá determinar los factores de riesgo de manera particularizada y darle un tratamiento.