Si bien en la mayoría de los casos las Técnicas de Reproducción Asistida (TRA) permiten resolver el problema de infertilidad (se estima que dos tercios de las parejas que buscan ayuda consiguen tener un bebé), también pueden provocar ansiedad, preocupación, tensión o nerviosismo.
“Un intento estándar de fertilización in vitro (FIV) requiere que la mujer se aplique entre 9 y 12 días inyecciones para estimular la producción de óvulos, la captura de esos óvulos vía ultrasonido transvaginal, su fertilización en el laboratorio con el esperma de la pareja o donador y la posterior transferencia del embrión resultante al útero. Luego, debe esperar entre dos y tres semanas para saber si se logró la implantación y, por lo tanto, si se consiguió un embarazo”, indicó el doctor Paul Devroey, Director de Educación Médica de la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad (IFFS).
Por lo anterior, MSD presentó en México un nuevo tratamiento contra la infertilidad de dosis simplificada que reduce a una inyección en lugar de 7, por lo que podrá ayudar a los médicos y a sus pacientes a que el tratamiento genere menos estrés y un mayor apego al mismo. “El perfil de seguridad y la eficacia del nuevo tratamiento para la estimulación ovárica controlada fueron evaluados en estudios clínicos, entre ellos el estudio ENGAGE, que incluyó a más de 1,500 mujeres con indicación para este tratamiento”, agregó el también Profesor en Medicina Reproductiva de la Universidad Libre de Bruselas en Bélgica.
IMPACTO PSICOLÓGICO
De acuerdo con el doctor Carlos Gerardo Salazar López Ortiz, Director Regional de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (REDLARA), la infertilidad es una enfermedad del sistema reproductivo definida como la incapacidad de lograr un embarazo después de 12 meses de tener relaciones sexuales sin protección en mujeres de menos de 35 años. Si existe alguna situación médica como por ejemplo puede ser ausencia de un ovario, endometriosis o edad mayor a 35 años, no hay que esperar para iniciar el estudio. Aproximadamente en el 40% de las parejas infértiles el problema se debe a un factor masculino, y en el otro 40% a uno femenino. En el 20% restante se debe a una causa desconocida.
El Director General y Co-Fundador de la Clínica de Reproducción Asistida (Hisparep) del Hospital Español, indicó que las pruebas y tratamientos para la infertilidad pueden resultar estresantes desde el aspecto físico, emocional y económico. A esto se suman además las múltiples citas médicas necesarias para realizar el tratamiento que pueden implicar faltar al trabajo o dejar de realizar otras actividades.
“Sentirse por momentos abrumado es normal cuando se realiza algún tratamiento para la infertilidad, por lo que se aconseja consultar a un psicólogo si se prolongan síntomas tales como pérdida de interés en las actividades cotidianas, dificultad para pensar en otra cosa que no sea la infertilidad, aislamiento social y pesimismo, entre otros”, comentó.
Y agregó que el apoyo psicológico se aconseja incluso para sobrellevar mejor ciertos momentos clave de la terapia. Un estudio clínico que evaluó la incidencia de abandonos de los tratamientos y los posibles factores que influyen la decisión de las parejas para suspenderlos, encontró que el 28% de las participantes suspendió el tratamiento principalmente debido al impacto físico y psicológico del mismo.
Por su parte el doctor Said Plascencia, Gerente Médico de MSD, señaló que una encuesta realizada por Merck & Co. en 2009, en más de 585 hombres y mujeres en tratamiento para lograr un embarazo, reveló que de un 100% el 65% nunca imaginó que tendría problemas antes de empezar a buscar un embarazo.
En la encuesta, la mayoría de los entrevistados reconocieron el impacto psicológico de la infertilidad y afirmaron haber presentado trastornos emocionales como frustración e impaciencia, entre otros, en el trascurso de los distintos tratamientos. Por otro lado, casi 2 de cada 5 parejas (39%) mencionaron que el estrés y la tensión en su relación había aumentado (42% de los hombres vs. 36% de las mujeres).
Finalmente, sostuvo que “las pruebas y los estudios para diagnosticar la infertilidad pueden llevar un largo proceso. Paralelamente, la fertilidad decrece con los años, por eso lo mejor es acudir a un médico especialista oportunamente. Según la encuesta antes mencionada, el 91% de las parejas que en ese momento ya estaban recibiendo atención de un especialista en fertilidad manifestaron además su deseo de haber podido recurrir al especialista antes”.