La psiquiatra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Liduvina González Herrera, resaltó la importancia de expresar de forma adecuada y constructiva la ira sin reprimirla ni controlarla, a fin de prevenir problemas en la salud física y emocional.
Señaló que el mecanismo de defensa es de represión, y no es que no se enoje, es que no lo expresa, es más socialmente aceptable contenerse, “en esto radica el manejo, tengo que ponerme a pensar qué es lo que realmente me enoja y expresarlo de la mejor forma para no acumularlo”.
La experta adscrita al Hospital de Especialidades del IMSS Jalisco, dijo que la ira es una descarga energética negativa, la cual surge muchas veces de forma inconsciente y siempre a raíz de la acumulación de molestias no expresadas o liberadas en su momento.
“El hecho es que toda persona es reactiva y por lo tanto es normal que surjan molestia ante situaciones que le desagradan, lo más saludable entonces no es reprimir ese sentimiento sino en su caso plantearlo o liberarlo de la mejor forma”, indicó González Herrera.
Añadió que lo primero es “identificar por qué estoy enojado, desde cuándo, ese es parte del objetivo de una terapia; no ponerme iracundo por algo a menos que eso tenga realmente un significado para mí; pero por supuesto que todos somos reactivos ante ciertos eventos”.
Precisó que cuando existe irá dirigida hacia una situación o persona, el individuo debe plantearse por qué le produce tanto enojo y malestar debido a que quizá tenga que ver con alguna vivencia de su pasado, en donde se sintió agredido.
Comentó, además, que la ira puede asociarse también a un exceso de actividad cerebral eléctrica sobre todo en la zona frontal provocando pérdida en el control de los impulsos, o a un incremento descompensado del neurotransmisor en el cerebro conocido como serotonina, que también genera mayor impulsividad.
Consideró que si bien la ira puede aparecer sólo en ciertas ocasiones, es importante su manejo terapéutico derivado que ésta puede ir en aumento de forma inconsciente, al grado de derivar en alteraciones de la salud física, como úlceras, problemas gastrointestinales o incluso cáncer o trastornos de personalidad.
“Ordinariamente, los pacientes con cáncer se dice que son personas que reprimieron tanto su ira que sus células se oxidaron y murieron e inició entonces la patología, y curiosamente estas personas reaccionan muy bien a los antidepresivos porque mejoran mucho su sistema inmunológico”, explicó.
Lo anterior puede estar asociado a que las personas que presentan ira acumulada por lo regular buscan focalizar su enojo en “alguien” o “algo” y es cuando pueden surgir enfermedades físicas, inclusive adicciones, dijo.
Destacó que la ira puede ser explosiva (hacia otras personas o situaciones fuera de uno mismo) o implosiva (dirigida hacia la propia persona). Cuando es interna la persona puede caer en conductas autodestructivas, como lesionarse físicamente, comer de más o dejar de comer, o hacerse daño de alguna u otra forma.
Además de la terapia individual, cuyo objetivo es lograr que la persona se autoconozca y descubra, lo que le enoja o lastima, se recomienda realizar actividades para descargar la energía de forma adecuada, tales como los deportes.
“Hay deportes como el fútbol que puede parecer muy agresivo, pero muy energético, los deportes son bastante útiles para canalizar energía pero eso no exime de que se requiera de una terapia profesional”, manifestó González Herrera.
Otra recomendación para manejar de forma saludable y constructiva la ira es expresar el enojo escribiendo y al terminar de hacerlo romper ese texto, evocando la liberación de esas emociones negativas, concluyó la experta.