El experto Juan Manuel Morales Amezcua dijo que la ronquera, caracterizada por modificaciones en el tono de la voz, es síntoma de daño a nivel de la laringe el cual puede ser tan grave como un cáncer en ese órgano.
El experto en cirugía general del Hospital General de Zona 14 del IMSS en Jalisco agregó que también puede ser la
manifestación del efecto adverso de un prolongado y excesivo consumo de tabaco y de alcohol.
Añadió que cuando la ronquera avanza y reduce en su totalidad la capacidad para hablar, el paciente cae en lo que médicamente se conoce como afonía y si ésta persiste por 15 días o más es importante hacer una revisión profunda porque puede tratarse de cáncer laríngeo.
Explicó que un estudio conocido como nasolaringoscopía es una de las herramientas más importantes para definir el origen de la afección, “y una completa historia clínica del paciente facilita aún más llegar al diagnóstico”.
Comentó que algunas enfermedades como artritis reumatoide pueden producir alteraciones en la laringe y en consecuencia traducirse en disfonías e incluso afonías, debido a que la constitución de dicho órgano es cartilaginosa y por efecto de la artritis se inflama tal y como ocurre con las articulaciones.
Expresó que las personas que han sido operadas por afección en la glándula tiroides, también llegan a desarrollar problemas en el tono de su voz, dada la cercanía de esta glándula a las cuerdas vocales y a la laringe y los nervios que alimentan a ésta.
Sobre los fumadores, afirmó que en ellos el efecto irritativo de los componentes químicos del cigarro causa alteraciones a nivel laríngeo, además de que es sabido que este mal hábito es importante precursor en el desarrollo de diferentes formas de cáncer, entre ellos el de laringe.
Resaltó que la depresión puede condicionar el desarrollo de disfonía e incluso de afonía, así como el hecho de roncar, porque generalmente implica abrir la boca y respirar a través de ella, y causa resequedad en sus mucosas e inclusive en la laringe; y en ambos casos, resuelto el problema de origen, se soluciona el problema.
Destacó la importancia de que ante este síntoma, sobre todo si se prolonga por dos semanas o más, es fundamental una revisión médica para determinar el origen y proceder al tratamiento, que inclusive puede ser quirúrgico.
Subrayó que en los casos en que el cáncer es el detonante, el daño puede perdurar aún después de la cirugía para extirpar el tumor en especial cuando éste se ubica muy cercano a las cuerdas vocales.
Precisó que desde el primer nivel de atención en las unidades de medicina familiar, un paciente con laringitis (inflamación de la laringe) aguda y afonía persistente, debe ser enviado con el otorrinolaringólogo para que sea éste quien determine el origen de la enfermedad y establecer el tratamiento que corresponda.
“Para mantener una adecuada higiene de voz y prevenir la disfonía como precedente de la afonía crónica, se debe evitar forzar la laringe, hacer uso apropiado de la voz, tratar de no hablar demasiado para no cansar el aparato vocal, procurar no gritar y no consumir alcohol ni tabaco”, concluyó.