¿Padece estrés un feto?

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Desde la etapa intrauterina, un niño puede padecer estrés, por lo que no es mito el hecho de que las emociones de la madre pueden ser transmitidas al bebé durante el embarazo, especialmente si se trata de ansiedad o tensión, dijo la psicóloga Esmeralda Yelisse García Ortega.

La experta del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, señaló que “desde el vientre de la madre, todo lo que ella vive desde el embarazo, si recibe golpes, gritos, malos tratos, automáticamente, mediante los neurotransmisores y hormonas lo transmite al bebé y lo está sometiendo a todo ese estrés”.

Adscrita al área de Calidad del Hospital de Gineco-Obstetricia del IMSS Jalisco, García Ortega señaló que las situaciones de estrés en el niño pueden tener diversas causas tales como: la separación materna, acoso escolar, problemas académicos, muerte o pérdida de familiares.

Asimismo, añadió, presiones de amistades, presenciar escenas de agresión en la televisión o en alguna película, divorcio y separación de los padres, violencia intrafamiliar e incluso, por situaciones como tener que acudir al médico próximamente.

Sin embargo, aclaró que para considerarse como una patología, el niño debe experimentar episodios de tensión, por lo menos durante un mes, y no de forma esporádica como ocurriría con otro tipo de eventos o situaciones.

La especialista en Psicología Infantil mencionó que lo más frecuente es que el pequeño se sienta estresado por peleas entre los padres, por lo que recomienda evitar discusiones frente a los hijos, quienes llegan a creer que los conflictos se suscitan a causa de ellos.

“Que los padres se peleen delante de los hijos, que se hablen con rispidez, incluso si no se dirigen la palabra, toda esa negatividad se descarga en el niño, por ser el más débil o más sensible”, advirtió la especialista en salud mental.

El estrés en el infante puede arrojar diversos síntomas como problemas para conciliar el sueño o dormir demasiado, pérdida del apetito, irritabilidad, dificultades escolares, mostrarse retraído, tener pesadillas nocturnas y en sí todo tipo de cambios que se produzcan en ellos de forma abrupta, pueden alertar a los padres.

Refirió que otro aspecto son las enfermedades físicas, debido a que hasta un 80 por ciento de patologías psicosomáticas son originadas por el estrés, por lo tanto, el niño estresado puede presentar frecuentemente dolores de cabeza, alteraciones gastrointestinales, vómitos y náuseas, e incluso problemas para el control de esfínteres.

Señaló que si se trata de niños muy pequeños, lo ideal es que los padres sean quienes busquen orientación psicológica, debido a que recomienda la terapia infantil a partir de los 4 años de edad.

Sugirió que a fin de prevenir y disminuir episodios de estrés en el niño, pueden adoptarse ciertas medidas, como procurar que el infante tenga un buen descanso, brindarle una alimentación adecuada y saludable.

También consideró conveniente inscribirlo en actividades lúdicas sin excederse, debido a que el no tener tiempo libre para él puede estresarlo, priorizar el diálogo entre padres e hijos e incluso en la medida de lo posible, anticiparlo o “prepararlo” ante eventos estresantes.

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