El investigador José Sánchez Corona dijo que tener buena reserva de vitaminas (lo cual se posibilita con la ingesta de frutas y verduras), y mediciones periódicas de la presión arterial, son dos puntos fundamentales en la prevención de la preeclampsia.
El titular del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del IMSS en Jalisco agregó que se trata de una complicación que aunque ocurre en 5% de los embarazos, tiene alto porcentaje como motivo de muerte materna.
Comentó que tras el seguimiento a mujeres que presentaron preeclampsia durante su embarazo, se demostró la complejidad de esta afección caracterizada “por el incremento súbito de la presión arterial a partir, por lo general, de la vigésima semana del embarazo, aunque también puede aparecer en la fase del puerperio, hasta seis semanas posteriores al parto”.
Manifestó que en el centro que él dirige se hicieron análisis genéticos muy específicos para encontrar alguna predisposición al desarrollo de la preeclampsia
Señaló que al concluir una primera fase se determinó que no hay una asociación directa al menos en los genes seleccionados, que fueron los de la insulina, así como el receptor y el del sustrato de dicha hormona.
Expresó que se estableció que en general, una deficiente nutrición, concretamente en lo correspondiente a las vitaminas, constituye uno de los principales facilitadores en la aparición de esta complicación, mortal hasta en 20% de las mujeres.
Subrayó que el hecho de tener antecedentes familiares de preeclampsia, y padecer afecciones crónico degenerativas, como diabetes e hipertensión, al igual que ser madre primeriza, 85% de los casos de preeclampsia ocurre en el primer embarazo, y se ubican también como factores de riesgo”.
Añadió que otros factores asociados a la preeclampsia son la obesidad y la edad avanzada para una gestación, “sin embargo, en relación con esta última variante, el mayor volumen de casos de preeclampsia suele aparecer en el rango de los 20 a los 29 años, precisamente en el que más suelen embarazarse”.
Afirmó que la preeclampsia en fases iniciales no da síntomas muy evidentes para la mujer, o ésta tiende a considerarlos normales e incluyen aumento de peso importante, el cual se debe a la edematización que se presenta y es más evidente en piernas y pies.
Apuntó que junto al aumento de peso y edematización, también hay aceleración de la presión arterial y pérdida de albúmina o proteína en la orina (albuminuria, proteinuria), de ahí en que insistiera sobre lo fundamental que resultan las visitas prenatales periódicas.
Mencionó que la hipertensión se conoce de hecho como el “asesino silencioso”, y no controlarla puede derivar en complicaciones tan severas como convulsiones, derrames cerebrales e inclusive la muerte.
Explicó que lo ideal es que toda mujer conozca los niveles de presión que maneja normalmente, para que si éstos se incrementan súbitamente durante el embarazo puede ser indicativo de preeclampsia.
“En las citas prenatales se puede captar éste y otros síntomas de esta complicación que puede traer consecuencias muy graves”, resaltó.
Indicó que lo ideal es la consulta preconcepcional, “es decir aquella en que la mujer que desea embarazarse, puede saber si está en condiciones idóneas para hacerlo”.
“Mientras que en las prenatales, en caso de que el médico capte alguna irregularidad en la gestante, manda a hacer estudios de laboratorio y, de confirmarse la sospecha diagnóstica, el seguimiento del embarazo es muy estrecho para evitar que avance a eclampsia y con ello aumente el riesgo de fallecimiento”, concluyó.