Innovan en anticoagulante oral contra trombosis

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Boehringer Ingelheim informó que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de México aprobaron el uso de dabigatrán para la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar, padecimientos que se suman a la lista de

indicaciones terapéuticas para las que este anticoagulante está disponible, entre ellas prevención de embolia cerebral por fibrilación auricular y trombosis venosa por reemplazo total de rodilla o de cadera. Con ello, el laboratorio ratifica su compromiso de ofrecer alternativas de tratamiento que mejoren la salud y calidad de vida de los pacientes.

De acuerdo con el doctor Roberto Águila Márquez, cirujano vascular y endovascular del Hospital Ángeles de las Lomas, la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar son dos complicaciones de un trastorno denominado tromboembolismo venoso (TEV), la tercera condición cardiovascular más común en el mundo después del infarto al miocardio y la embolia cerebral

Aunque en México se desconoce la cifra exacta de incidencias por TEV, se estima que anualmente existen entre 400 mil y 500 mil personas que lo sufren, mientras que en Europa cada año genera el doble de decesos que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), accidentes automovilísticos, cáncer de próstata y de mama en su conjunto.

Explicó que el TEV ocurre cuando un coágulo de sangre (trombo) se forma dentro de una vena en circunstancias como: pasar mucho tiempo inmovilizado debido a un viaje prolongado o una cirugía ortopédica mayor; una enfermedad hereditaria que coagule la sangre más de lo normal; el tratamiento sustitutivo de hormonas o uso de pastillas anticonceptivas; inflamación de la capa interna de la vena, lesiones graves o respuestas inmunitarias; edad avanzada, embarazo, tabaquismo, cáncer, obesidad y mala circulación, entre otros factores que aumentan el riesgo.

“En la mayoría de los casos, los trombos se forman en las venas profundas de las piernas o pelvis bloqueando parcialmente el flujo sanguíneo. A esto se le conoce como trombosis venosa profunda (TVP). Muchas veces el coágulo, o una parte de éste, se desprende de la vena y se aloja en otras áreas del cuerpo. Cuando sucede en un pulmón se llama embolia pulmonar (EP), padecimiento que se presenta en 3 de cada 10 sujetos con TVP”.

A pesar de ser la principal causa de muerte prevenible en el hospital, el también médico angiólogo indicó que con frecuencia la EP se presenta sin previo aviso y puede ser mortal en 40% de los casos durante los primeros 3 meses. En tanto, los sobrevivientes pueden sufrir daño permanente del pulmón y otros órganos vitales, dejándolos incapacitados para realizar actividades sin ayuda de un cuidador.

Por su parte el doctor José Elizalde González, Jefe de Neumología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, comentó que en ocasiones los pacientes con TVP experimentan hinchazón, dolor a la palpación, venas prominentes, enrojecimiento o aumento de temperatura en la piel, mientras que las personas con EP en ocasiones presentan dificultad para respirar, dolor torácico, sudoración, expectoración de sangre al toser y aceleración del ritmo cardiaco y respiratorio.

Lamentablemente, dijo que la mayoría de ellos no manifiesta síntomas específicos o éstos pasan desapercibidos hasta que surgen otras complicaciones como síndrome post-trombótico e hipertensión pulmonar tromboembólica crónica. Una vez que el paciente ha tenido el primer evento tromboembólico, corre el riesgo de sufrir un segundo. De hecho, una cuarta parte de los afectados por TVP y EP los presentarán a lo largo de cinco años y 1 de cada 3 fallecerá en los siguientes 3 meses, de modo que la única manera de disminuir la recurrencia de estos eventos es a través del uso de anticoagulantes de prescripción médica.

A diferencia de la terapia estándar basada en warfarina, enoxaparina y otras heparinas que datan de décadas atrás, hoy la comunidad médica y los pacientes ya cuentan con anticoagulantes de nueva generación como dabigatrán, un inhibidor directo de la trombina que previene la formación de coágulos sin necesidad de monitoreo rutinario o ajuste de dosis.  “Se trata de un fármaco con un perfil bajo de interacción con otros medicamentos y alimentos y que, al ser de administración oral, evita la incomodidad de terapias inyectables facilitando el apego al tratamiento”, aseguró el también profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM.

¿Qué es la tromboembolia venosa?

La tromboembolia venosa (TEV) se refiere a dos padecimientos diferentes: tromboembolia venosa profunda (TVP) y su complicación aguda y potencialmente mortal, embolia pulmonar (EP).

Trombosis venosa profunda

Una trombosis venosa profunda es causada por la formación de un coágulo de sangre (trombo) dentro de una vena profunda, generalmente en la pierna o la pelvis, que bloquea parcial o totalmente el flujo sanguíneo en la vena. Esto incrementa el riesgo de coágulos recurrentes y puede causar complicaciones serias como embolia pulmonar o síndrome postrombótico (SPT).Aproximadamente una tercera parte de los pacientes con trombosis venosa profunda sintomática también desarrolla una embolia pulmonar.

Embolia pulmonar

Una embolia pulmonar se desarrolla cuando un coágulo en una vena profunda, o parte de éste, se desprende y se desplaza a uno de los pulmones donde puede bloquear la circulación. Es una complicación seria y creciente. La embolia pulmonar se desarrolla repentinamente, a menudo sin advertencia, y puede ser fatal en hasta el 40% de los casos en un lapso de tres meses.11 Se considera que es la causa principal de muerte prevenible en el hospital.12 Las personas que sobreviven pueden sufrir daño permanente al pulmón afectado y otros órganos vitales ya que la sangre oxigenada no puede circular.13 La embolia pulmonar también puede llevar a complicaciones como hipertensión pulmonar tromboembólica crónica (HPTC).

¿Cuáles son los síntomas?

La mayoría de las personas con trombosis venosa profunda no sienten ningún síntoma. Si hay síntomas, éstos generalmente se presentan sólo en una pierna. Las personas con trombosis venosa profunda pueden tener hinchazón, dolor, dolor a la palpación, venas prominentes y aumento de temperatura en la piel.

Las personas que sufren embolia pulmonar pueden presentar dificultad para respirar, dolor torácico, sudoración y frecuencia cardiaca rápida.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Aunque un coágulo venoso se puede desarrollar en cualquier persona, hay una serie de factores y eventos desencadenantes que pueden aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar, entre ellos:

· Aumento de la edad

· Inmovilidad prolongada

· Accidente cerebrovascular o parálisis

· TVP previa

· Cáncer y su tratamiento

· Cirugía mayor

· Traumatismo

· Obesidad

· Insuficiencia cardiaca

· Embarazo

· Insuficiencia venosa (mala circulación de la sangre)

Complicaciones a largo plazo de la tromboembolia venosa

Coágulos de sangre recurrentes

Una vez que un paciente ha tenido una primera TVP, siempre tendrá el riesgo de sufrir una segunda.11Hasta un 25% de los pacientes con trombosis venosa profunda o embolia pulmonar presentarán TEV en cinco años. Los datos demuestran que en los pacientes que no reciben tratamiento convencional el riesgo de TEV recurrente puede aumentar en forma acumulativa de 11% después de un año hasta 40% después de 10 años.

Síndrome postrombótico

El síndrome postrombótico es una complicación común de la trombosis venosa profunda. Es el resultado del daño a las válvulas de las venas profundas, causa dolor, enrojecimiento y engrosamiento de la piel. Puede ser debilitante y llevar a ulceración crónica de la pierna. Hasta el 60% de los pacientes con trombosis venosa profunda desarrolla síndrome postrombótico, a menudo en un lapso de dos años.Con frecuencia se usan medias de compresión elástica o botas de compresión 4.

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