Doña Marina, de 85 años de edad, surte su tratamiento para achaques en La Merced. Lleva pomada de almeja para las reumas y un kilo de huesos de pechuga de pollo para combatir la artritis.
"Vengo desde Huixquilucan (Estado de México) porque aquí me dan a 5 pesos el kilo de huesos y me alcanza para cuatro
días", cuenta la mujer, una de los 2.1 millones de adultos mayores que no reciben atención médica formal en el país.
Ella forma parte de la población mayor de 60 años que recibe atención de un yerbero o curandero, se automedica o pide asesoría de un empleado de farmacia, según reporta la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social 2013, presentada este año.
La expectativa de vida de los adultos mayores que se encuentran en esta situación se reduce hasta en cinco años en comparación con los ancianos que sí reciben atención médica formal, afirma Juan García Lara, médico adscrito al Servicio de Geriatría del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición.
"Esto sucede normalmente en zonas rurales, aunque también en zonas marginadas de ciudades como la de México. Muchas veces nos llegan en condiciones bastante malas", externa, por su parte, José Alberto Ávila-Funes, jefe del Servicio de Geriatría del instituto.
Según la encuesta, al menos 407 mil ancianos del país se encargan de cuidar a otro anciano que requiere ayuda.
Para García, eso es preocupante, pues los cuidadores ven afectada su salud, lo cual tiene mayor impacto si el cuidador es otro adulto mayor.
Ávila-Funes advierte que en México se vive una epidemia de la vejez y los adultos mayores se encuentran en condiciones de desigualdad, discriminación y pobreza, además de que son víctimas de maltrato.
Desde 2013, dice, en México se ha vivido una transición sin precedentes, que pone en riesgo no sólo la vida de los ancianos, sino su modo de vida.
"Jamás ha habido tantos adultos mayores como los hay ahora. Para 2050, uno de cada cuatro mexicanos serán adultos mayores. En muchos países, el aumento de adultos mayores se ha convertido en un problema de salud pública", alerta.
Lo más grave, insisten, es que las próximas generaciones a convertirse en adultos mayores engrosarán las filas de la gente que no cuenta con seguridad social, algo que "es tan delicado que debemos tomarlo como la próxima gran política pública nacional, para que no represente un mayor riesgo para las finanzas y la salud pública del país", precisó.