López Obrador, es un suplantador de historias, las comercializa y obtiene jugosas ganancias electorales, acompañadas
de negocios para él, para su familia y para los suyos y no debemos permitir que esto continue.
Nadie niega el diagnóstico de lo difícil que es convivir con el clasismo, la discriminación y la desigualdad, pero nunca hemos compartido los métodos del originario de Macuspana, quien sistemáticamente engaña a los mexicanos y pretende que se romantice la pobreza que nos mantiene con las alas rotas.
Y no, esto no tiene que ver con izquierdas o derechas como pretende hacernos creer, no debemos caer en su juego, decía Carlos Castillo Peraza:
“Cuando un gobierno quiere acabar con un pueblo, lo primero que hace es falsificarle la historia, porque sin memoria común, no hay pueblo”
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Adriana Dávila Fernández.
@AdrianaDavilaF
Periodista, activista, exdiputada, exsenadora, generadora de conciencia ciudadana.