Militares mexicanos localizaron a 10 personas que denunciaron haber sido secuestradas en Cocula, el municipio en el que presuntamente fueron asesinados e incinerados en septiembre pasado los 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, informó el gobierno federal.
Al hacer un reconocimiento en las inmediaciones del Cerro de la Campana, ubicado en el municipio de Cocula, Guerrero, efectivos militares "localizaron a 10 personas que dijeron haber sido secuestradas", señaló el gobierno en un comunicado.
Juan Zúñiga, representante de la minera Media Luna, filial de la canadiense Torex Gold Resources, denunció el sábado que entre 10 y 15 personas habían sido secuestradas el viernes en una carretera cercana a la comunidad de Nuevo Balsas, en Cocula y donde se encuentra la mina de oro que opera esta compañía.
El gobierno dijo desconocer si entre los secuestrados había trabajadores de la mina.
Tras esta denuncia de Zúñiga ante medios de comunicación, elementos de ejército investigaron entre la población de este pequeño municipio rural de unos 4.000 habitantes.
Durante la búsqueda los uniformados encontraron primero a "siete personas que manifestaron que venían huyendo de sus victimarios, toda vez que habían sido secuestrados", señala el comunicado.
Estas siete personas presentaban escoriaciones, crisis nerviosas y deshidratación.
Más tarde los soldados "localizaron a cinco personas más en condiciones similares a las anteriores" y por último en la tarde encontraron a un hombre, con heridas de arma de fuego en un brazo y una pierna, que también dijo haber sido privado de la libertad.
Una vez que estuvieron reunidas las 13 personas que denunciaron haber sido secuestradas, algunas acusaron a tres de los hombres que estaban entre ellos como las personas que los habían mantenido privados de libertad, indicó el comunicado.
Cocula es el lugar a donde presuntamente fueron trasladados los 43 estudiantes de Ayotzinapa, brutalmente atacados por policías municipales en el vecino municipio de Iguala el 26 de septiembre pasado.
De acuerdo con la investigación de la fiscalía, los jóvenes estudiantes habrían sido llevados por integrantes del cartel de Guerreros Unidos al aislado basurero municipal de Cocula, donde habrían sido asesinados e incinerados.