El exsubdirector de Seguridad Pública de la ciudad mexicana de Iguala, Guerrero fue detenido este jueves por su presunta intervención en el ataque y desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre, informaron fuentes de seguridad.
Francisco Salgado Valladares fue capturado por efectivos de la Policía Federal, confirmaron a la AFP dos fuentes de dependencias de seguridad del gobierno mexicano, las cuales pidieron el anonimato.
El exfuncionario era uno de los prófugos más buscados por este crimen que estremeció a México y la comunidad internacional.
Una de las fuentes dijo que Salgado Valladares supuestamente ordenó a sus policías el ataque contra decenas de estudiantes de la combativa escuela de maestros de la comunidad de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre, que dejó seis muertos y 43 alumnos desaparecidos.
La fiscalía general acusó en diciembre al detenido de participar directamente en la captura esa noche de los 43 estudiantes y de su entrega a miembros del cártel Guerreros Unidos que, según la investigación oficial, acabaron asesinando e incinerando a los jóvenes en un basurero cercano para luego arrojanr los restos a un río.
La detención de Salgado Valladares se habría producido en Cuernavaca, Morelos (centro), según varios medios locales.
De acuerdo con la investigación de la fiscalía, los estudiantes fueron atacados por decisión del alcalde de Iguala que temía que los chicos boicotearan un acto público de su mujer.
La pareja, acusada de trabajar para Guerreros Unidos, fue capturada en noviembre pero Felipe Flores, el entonces director de Seguridad Pública de Iguala y superior de Salgado Valladares, sigue en paradero desconocido, además de otros narcotraficantes supuestamente implicados.
La fiscalía afirmó que los sicarios de Guerreros Unidos masacraron a los estudiantes por creer que entre ellos habían infiltrados de Los Rojos, un cártel rival.
Sin embargo, las familias de las víctimas se niegan a creer esta versión, sustentada en los testimonios del centenar de detenidos -entre policías, narcotraficantes y funcionarios- y pruebas recogidas en el terreno.
Por ahora, sólo los restos de uno de los jóvenes pudieron ser identificados por exámenes de ADN en un prestigioso laboratorio de Austria.
A falta de más pruebas científicas, organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch también vieron precipitada la conclusión de que los estudiantes fueron masacrados.