Cinco presuntos integrantes del un cártel mexicano de la droga fueron detenidos por su supuesta relación con la desaparición de cinco jóvenes en Veracruz a manos de policías, informó este miércoles el subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa.
Los cinco muchachos, entre ellos una joven de 16 años, fueron detenidos por policías estatales el 11 de enero en Tierra Blanca, un peligroso pueblo de Veracruz.
Después de torturar a las víctimas, los uniformados habrían entregado los jóvenes a integrantes del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) quienes los habrían matado, incinerado sus cuerpos y triturado los restos en un molino de caña, según la confesión de uno de los policías detenidos.
Después de reunirse con familiares de los jóvenes, Campa dijo este miércoles a la prensa que cinco presuntos integrantes de esa organización criminal fueron detenidos y puestos a disposición del juez.
El funcionario señaló que uno de estos detenidos estuvo presente cuando los jóvenes fueron asesinados, mientras que los otros cuatro "por distintos motivos tienen relación con los hechos".
Hasta ahora, las autoridades habían detenido a un total de ocho policías por este caso así como al presunto líder de ese cártel en Tierra Blanca.
Los jóvenes fueron detenidos por los policías estatales cuando pasaban por Tierra Blanca en un viaje de regreso a su natal Playa Vicente, luego de haber disfrutado de un fin de semana fuera festejando el cumpleaños de uno de ellos.
El último policía que fue aprehendido aparentemente confesó que, sin que los jóvenes hubieran cometido ninguna falta, fueron detenidos porque a los uniformados "les parecieron sospechosos" de pertenecer a una organización contraria al CJNG.
Las autoridades mexicanas han asegurado que los agentes involucrados, entre los que está el jefe de la policía estatal en Tierra Blanca, estaban coludidos con el cartel.
Dos de las víctimas ya fueron identificadas a través de pruebas de ADN extraídas de un hueso y manchas de sangre hallados en un rancho llamado El Limón, en Tlalixcoyan, mientras que a los otros tres jóvenes no se les ha podido identificar.
El caso, que ha sido comparado con el de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, se suma a los 26.600 desparecidos en México desde 2006, cuando inició la llamada guerra del narcotráfico.