Víctor Manuel Félix Beltrán tenía unos 24 años cuando se enteró que la Policía Federal había detenido a su papá, a quien le apodaban El Señor y se encargaba de transportar cocaína a Estados Unidos y lavar dinero para su consuegro y compadre, Joaquín El Chapo Guzmán.
El Vic heredó en 2011 el imperio que su padre construyó en el cártel de Sinaloa: una red financiera. En menos de seis años fortaleció y consolidó su propia red, gracias a los vínculos que hizo con otras organizaciones delictivas que se encargaban de la producción y tráfico de drogas en Guerrero y Jalisco, según la Procuraduría General de la República.