*David González Jáuregui*
Desde hace unos años, los famosos Controles de Confianza han sido presumidos como lo máximo para limpiar las corporaciones policiacas, pero al final nada más falso.
No sirven, no funcionan y solo criminalizan a los policías, pues al reprobarlos o no ser aptos, no se quiere decir que el uniformado sea un delincuente, pues para no salir acreditado se puede salir negativo en alguno de las baterías que les aplican como es el polígrafo, el socioeconómico, el psicológico entre otros.
Pero lo que más llama la atención, además del despido de más de dos mil policías municipales y estatales, es que nunca hubo un seguimiento a los despedidos, no sabe en qué trabajan o cómo sobreviven.
Lo curioso o grave, mejor dicho, es que muchos policías que ahora prestan sus servicios, que aprobaron los control de confianza, son detenidos, otros señalados en narcomantas y algunos más se encuentran prófugos al comprobárseles nexos con el crimen organizado.
Entonces aquí la pregunta del millón: ¿En realidad sirven los controles de confianza?
Cuatro policías de Tecalitlán fueron detenidos y el director se encuentra prófugo por desaparición forzada de tres italianos.
En Autlán cuatro policías municipales fueron detenidos por entregar a la delincuencia a cuatro veracruzanos que trabajaban en el municipio.
Todos los policías antes mencionados tenían aprobados sus controles de confianza.
Usted saque sus propias conclusiones.