Al abrirse las rejas de la prisión para dar paso a una nueva vida en libertad, el Capo Caro Quintero, alzo la vista al cielo para dar gracias al señor por darle la oportunidad de volver a respirar el aire fresco y vivir los últimos días de su vida en su casa, acompañado de su seres queridos.
Con llanto en los ojos, el anciano, quien en su momento de famoso de capo, dejó de entrever que merecía la libertad, porque cumplió con las tres cuartas partes de su sentencia, debería de haber recibido el beneficio con la libertad anticipada.
Caro Quintero, quien nació el tres de octubre de 1952 en La Noria Badiraguato Sinaloa, y fue detenido en Costa Rica el cuatro de abril de 1985, a petición de las autoridades mexicanas, al ser relacionado con el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar y de su piloto Alfredo Avelar.
En cumplimiento de un amparo que le otorgó un tribunal colegiado, el Segundo Tribunal Unitario en Materia Penal del Estado de Jalisco ordenó la madruga del viernes la inmediata libertad de Rafael Caro Quintero del reclusorio preventivo de la zona metropolitana de Guadalajara en el Complejo Penitenciario de Puente Grande.
Tras 28 años de estar preso, un tribunal en Guadalajara absolvió y ordenó la libertad de Rafael Caro Quintero.
Pero el Procurador General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, expresó su preocupación ante las resoluciones judiciales que permitieron la libertad de Rafael Caro Quintero.
Mediante un comunicado, la PGR indicó que el Primer Tribunal Colegiado debió haber remitido el expediente de Caro Quintero a un juez competente y no dejarlo en libertad.