Familia Michoacana y Caballeros Templarios

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De acuerdo al manual, la disciplina era la base fundamental con un

líder absoluto, que enseñara valores, el respeto a la gente honesta,

el amor a la patria; todo lo que se hacía era bajo la guía de Dios.

Cuando algunos de los miembros de “La Familia” se extralimitaban en

sus funciones, simplemente los mataban y los decapitaban, dejando sus

cabezas con un aterrador mensaje, firmado por Nazario: “Así sucede

cuando piensas o imaginas que mis ojos no te pueden mirar…”.

Ya para entonces habían ingresado a la “congregación”, luego de

aprobar rigurosos exámenes de carácter religioso, José de Jesús Méndez

Vargas, alias “El Chango”; Servando Gómez Martínez, (a) “La Tuta”;

Arnoldo Rueda Medina, “La Minsa”; Dionisio Loya Plancarte, “El Tío”;

Enrique Plancarte Solís, “El Kike”, sobrino del anterior; Rafael

Cedeño Hernández y otros hombres que habían cubierto el perfil “ético”

exigido por “El Pastor”.

“La Familia Michoacana” se dio a conocer el siete de septiembre de

2006, en Uruapan, cuando aventaron sobre la pista de baile del bar

“Luz y Sombra” cinco cabezas humanas cortadas a machete.

Una veintena de hombres encapuchados, vestidos de negro, fuertemente

armados, descendieron de varias camionetas y vaciaron sobre la pista

de baile el contenido de unos sacos: las cinco cabezas y junto a su

macabra carga, dejaron un mensaje: “La Familia no mata por paga, no

mata mujeres, no mata inocentes, sólo muere quien debe morir, sépanlo

toda la gente, esto es justicia divina”.

En diciembre de ese mismo año, “La Familia Michoacana” repartió

volantes de reclutamiento casa por casa, en diferentes municipios de

Michoacán y pagó una inserción en dos diarios de Morelia en las que

convocaba a los padres de familia a unirse en la lucha para acabar con

la inseguridad y la venta de anfetaminas. Sus miembros se presentaban

como “Enviados del Señor para erradicar el secuestro, la extorsión, el

sicariato y el vicio”.

El desplegado lo remataban con una serie de cuestionamientos:

-¿Tú qué harías como michoacano? ¿Te unirías a la familia si ves que

estamos combatiendo estos delitos? o ¿dejarías que sigan creciendo?

-A ti, padre de familia, te pregunto: ¿Te gustaría que tu hijo

anduviera en las calles en peligro de caer en las drogas o en la

delincuencia?

¿Apoyarías a esta organización en su lucha contra males que atacan a

nuestro estado?

Así, bajo esa especial doctrina con la que envolvieron a miles de

jóvenes, principalmente marginados, lograron enrolar a más de cinco

mil personas provenientes de los diferentes municipios del estado que

a base del terror se impusieron como amos y señores en todo el

territorio.

La violencia mostrada, la justificaba “La Familia” con mandatos

divinos en los que les ordenaban recurrir a "estrategias muy fuertes”,

porque era la única manera de poner en orden el estado. “Lo que

obtienes con violencia, con violencia vas a conservarlo”, era una de

sus premisas principales.

Bajo su muy particular óptica, argumentaban:

“Cuidamos que la gente no se ande por ahí matando, que no ande tirando

balazos. Se les conmina a que se comporten. No queremos llegar a más.

La política es otra: a los que venden drogas, a los que roban, a los

que secuestran, a los que andan haciendo cosas malas se les llama la

atención o cambias o te tienes que ir. Es cuestión de una disciplina

bastante rígida, basada en la buenas costumbres y nadie que trabaje

honestamente será afectado”

Sin embargo sus actividades eran totalmente opuestas a su prédica:

distribución de drogas, control de la venta de discos pirata, venta y

distribución de ropa por paca, ejecuciones, cobro de derecho de piso,

y de cuotas “de protección” no sólo a delincuentes, como lo

pregonaban, sino a comerciantes y empresarios honestos, la extorsión

se había extendido a todos.

Esos excesos fueron atrayendo la atención de las autoridades y el 20

de abril del 2009 cayó uno de los primeros fundadores: Rafael Cedeño,

alias “El Cede”, lo que hizo que la organización se tambaleara.

Los embates de las autoridades continuaron y tres meses después, el 11

de julio, cayó Arnoldo Rueda, alias “La Minsa”; ello provocó bloqueos,

quema de camiones y automóviles y enfrentamientos entre “La Familia” y

las Fuerzas Armadas, con saldo de decenas de muertos y heridos.

CONTINUARA

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