El pasado lunes, Luis Miguel Lanster Betancourt, director de la prisión de Chilpancingo, fue asesinado por un grupo de sujetos armados que lo interceptaron cuando se trasladaba en un automóvil en Guerrero.
Betancourt viajaba con una mujer quien resultó herida y falleció minutos después cuando era atendida en un hospital cercano a donde ocurrieron los hechos.
La seguridad de Chilpancingo fue reforzada desde hace cuatro meses por la Policía Federal tras una erupción de violencia generada por la pugna territorial entre grupos del crimen organizado que han disparado el número deasesinatos, extorsiones y secuestros desde el año anterior.
Guerrero, uno de los estados más pobres de México y en donde se encuentra el puerto de Acapulco, registró mil 348 homicidios de enero a julio de este año, una estadística que lo ubica entre los más violentos del país.
Este estado, situado sobre el Pacífico, es un importante centro de consumo de drogas y un territorio clave para el trasiego del narcotráfico.
Las disputas de estas organizaciones criminales y la estrategia militarizada contra los carteles del narcotráfico han dejado en México desde 2006 más de 80.000 muertos.