Al paso de los años el rol de las mujeres ha cambiado
considerablemente. Hoy representan 21 millones de la
Población Económica Activa de nuestro país y, de ese
total, 80% son madres trabajadoras y 20% son jefas de
familia responsables al 100% del ingreso de su hogar.
La combinación de roles no es una tarea fácil. A lo
largo de la vida enfrentamos retos personales y
profesionales que podemos ejemplificar a través de los
siguientes conceptos:
-
Paradigmas y esquemas sociales
Constantemente escuchamos frases como “no
va a regresar a trabajar cuando tenga a su hijo”,
“ya no va a rendir igual porque no puede dedicarle
el 100% a su trabajo”, “¿cómo va a trabajar y dejar
a su hijo con alguien más?, su prioridad debe ser
su familia”, “ella es la responsable de su familia y
el papá es el que tiene que trabajar, él es el
proveedor”.
-
Red de apoyo
No sabemos pedir ayuda, nos cuesta trabajo
relacionarnos y eso genera frustración y estrés
al querer hacerlo todo y bien.
-
Confianza en sí misma
Somos las primeras que no creemos que lo
podamos lograr, nos exigimos y presionamos
demasiado; no nos permitimos fallar.
-
Sentimientos de culpa
Si estamos en la oficina, estamos pensando en los
hijos y, si nos tocó quedarnos en casa, estamos
pensando en la oficina y en qué pensaran de que nos
tuvimos que quedar en casa. Nos sentimos culpables
por salir de viaje y dejarlos al cuidado de los demás o
por no asistir a la clase abierta o al juego de fútbol.
*******ENTRETEXTO********
20% son
jefas de familia
80% son
madres trabajadoras
Algunas recomendaciones para combinar nuestros
roles y ser exitosas en ambos:
-
Educación
Educar a nuestros hijos -sobre todo a los varones- en
que las tareas de la casa no son exclusivas de las
mujeres o de las mamás y delegar responsabilidades
propias a cada edad. De esta forma, podemos
enseñarles desde pequeños el valor de la solidaridad y
la responsabilidad compartida.
-
Desarrollo profesional
La maternidad no está peleada con cumplir sueños y
lograr metas. Lo vuelve más difícil por la distribución y
prioridades de tiempo, pero se puede lograr y por ello
hay que seguir estudiando y/o capacitándose con la
gran gama de opciones que existen en línea o a través
de las redes de apoyo, que permiten perfectamente
combinar todos nuestros roles.
-
Tener una red de apoyo
La primera es con la pareja, con quien se recomienda
establecer un esquema que sirva para distribuir las
responsabilidades. Si no se tiene pareja, hacerla a
través de papás de los compañeros de la escuela de
nuestros hijos, abuelos, vecinos, familiares, escuelas
de tiempo completo, etc. que puedan apoyarnos cuando
se presente una situación en que requerimos apoyo.
***********No pretendamos ser perfectas**************
Soltemos cosas que no nos generan valor, pidamos ayuda y fortalezcamos modelos de trabajos que permitan
combinar el desarrollo personal y profesional con la
maternidad. Uno de ellos puede ser:
Trabajo flexible: ¿cuántas veces no nos ha pasado que
el día de una junta muy importante o que tenemos un día
complicado en el trabajo, nuestro hijo o hija se enferma y
no tenemos con quien dejarlo? Similares a este
ejemplo podemos enumerar infinidad, por eso es
importante contar con las herramientas tecnológicas
y con una disciplina de trabajo por resultados que
permitan desarrollar las actividades fuera de una
oficina física cuando así sea necesario.
No podría hablar de todo esto sin tener una experiencia
personal. Soy una mujer ejecutiva, tengo un hijo de 12 años y,
por supuesto, me ha tocado vivir muchos tipos de retos como
el de aprender a priorizar y a postergar algunos temas
personales y profesionales, el de trabajar con la culpa cuando
mi hijo se enferma el día que tengo que salir de viaje o tengo
una junta, o el de no poder celebrar sus goles. Sin embargo,
tengo redes de apoyo excelentes y una relación de cercanía,
confianza y comunicación con mi hijo, a quien siempre le ha
tocado que su mamá salga a trabajar.