Jonathan nació en el Centro Histórico, en la calle de Artículo 123. Al menos 15 de sus 23 años los ha vivido en la calle. Aunque varias veces sus familiares se lo llevaron para darle un hogar, no le gustó el trato que le daban y se escapaba para volver a la calle, donde deambulaba y dormía donde lo agarraba la noche.
Lo mismo se quedaba en los cajeros automáticos que en estaciones del Metro, parques, bancas públicas, debajo de un árbol, bajo puentes, pasillos, coladeras, entradas de inmuebles abandonados y generalmente en grupos.
En invierno, cuando aprieta el frío y algunos disfrutan de la cena navideña, Jonathan dormía alrededor de fuentes y monumentos, buscando el calor generado por las lámparas que los iluminan.
Aunque no se cuenta con una cifra confiable, hace 20 años se habló de hasta 14 mil personas en condiciones de calle; sin embargo, conforme ha pasado el tiempo, el número ha disminuido, señaló José Vallejo Flores, fundador y director de la Casa Hogar Renacimiento Institución de Asistencia Privada.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México, hasta el 2012 se hablaba aproximadamente de cuatro mil 500 personas; sin embargo, esta población fluctúa mucho, y actualmente hay familias completas viviendo en la calle.
Vallejo Flores comentó que muchos de esos niños que adoptaron la calle para vivir hace 20 años, ahora ya son abuelos de pequeños que ya nacieron en esas condiciones.
Estamos, subrayó, en la tercera generación de poblaciones callejeras, es decir, los primeros que llegaron tuvieron familia y los hijos de éstos también tuvieron pareja procreando niños que el único hogar que conocen es la calle.
“Chicas que se salieron de sus casas, fue porque estaban embarazadas, de tal manera que sus hijos ahí nacieron, crecieron y se desarrollaron en la calle; esos jóvenes repiten el patrón, de tal manera que después de 20 años, ya tenemos una tercera generación de niños que están deambulando en la calle”, señaló.
Sea cual sea la cifra, es importante visibilizar este problema, ya que la manera en la que una ciudad trata a las personas sin hogar, dice mucho sobre esa sociedad, aseveró Juana Bernal Reyes, psicóloga que apoya a niñas, niños adolescentes y jóvenes en abandono social.
Expresó que es necesario ponerse los lentes sociales para ver este fenómeno, porque se trata de personas altamente vulnerables por su situación, pues enfrentan cotidianamente violaciones a sus derechos humanos, dado que padecen discriminación, desigualdad, pobreza y exclusión.
Otro problema es el consumo de drogas, porque muchos de ellos son chicos multiconsumidores porque lo mismo son adictos a la mariguana e inhalables (que son las más comunes), que a la cocaína, el crack y las anfetaminas.
El secretario de Desarrollo Social local, José Ramón Amieva, ha declarado que la población en situación de calle tiene dos fenómenos: es variable y ha aumentado.
Sin embargo, aclaró que no ha aumentado por las condiciones de la ciudad, sino por los beneficios que ofrece la capital a través de los programas sociales que alivian en gran medida las condiciones de marginación y pobreza que se padece no sólo en otros estados, sino incluso en países de Centroamérica, por ejemplo.
El hecho de que sea muy variable la población, es porque hay quienes se reintegran a sus familias, aunque hay otros que a diario arriban a las calles por primera vez, por ello el gobierno capitalino realiza un censo con el propósito de tener mayor certeza al respecto para establecer una política integral que ayude a las personas que viven en condiciones de calle.
Lo que sí ha confirmado la dependencia local es que las personas que se encuentran en situación de calle se concentran principalmente en seis delegaciones de la Ciudad de México: Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero, Coyoacán, Álvaro Obregón e Iztapalapa.
Aunque más del 40 por ciento vive en el perímetro del Centro Histórico, correspondiente a la delegación Cuauhtémoc.