Entre estaciones del Metro y Metrobús, ejes viales, calzadas, el Viaducto, edificios de oficinas, centros comerciales, unidades habitacionales y el ritmo acelerado que caracteriza la vida de la gran urbe de la Ciudad de México;
el 3 de mayo repican las campanas de la capilla de la Santa Cruz, inmueble religioso que data del siglo XVII y que forma parte del patrimonio histórico que da identidad a las tradiciones y costumbres originarias de Iztacalco.
La Santa Cruz forma parte de los siete barrios fundadores del entonces pueblo iztacalquense, este día sus habitantes lo festejan con flores, cohetones y música; además de una comida comunitaria, como sucede en los barrios originarios.
La administración delegacional, encabezada por Carlos Estrada Meraz, apoya a los “Mayores”, encargados de las parroquias y capillas, con recursos logísticos, donación de portadas florales, participación de bandas musicales y el operativo para el cierre de calles.
Entrevistado para El Punto Crítico al respecto, el Jefe Delegacional resalta lo fundamental que resulta apoyar las tradiciones, ya que éstas han perdurado de generación en generación, lo cual permite que los barrios originarios de Iztacalco mantengan su identidad como comunidad.
Asimismo, Estrada Meraz recordó que en esta fecha, dedicada también a los albañiles, la capilla de la Santa Cruz se convierte en un sitio idóneo para la bendición de cruces: “Envió una felicitación a los trabajadores de la construcción, ya que ellos, con sus manos, edifican los inmuebles que son parte de nuestra historia”, expresó.
En ese sentido, autoridades delegacionales, encabezadas por el titular del Iztacalco, Carlos Estrada, e Irma Fabiola Bautista Guzmán, Directora General de Desarrollo Social, asistieron a la festividad celebrada en el Barrio de la Santa Cruz, donde departieron con los “Mayores” y la comunidad.
La capilla de la Santa Cruz fue declarada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia como Monumento Histórico, en 1992.