México, 13 de marzo de 2022.— Especialistas comentaron a Infobae que sí será posible la puesta en marcha del nuevo AIFA, pero contará con un bajo ritmo de operaciones y un importante problema de movilidad para los primeros usuarios. Infobae América México
Este 21 de marzo se tiene prevista la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Con una inversión de 15 mil 223 millones de pesos, se trata de una de las obras insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México. Hasta hace un mes se tenía un 87% de avance en su construcción.
Aún con áreas prácticamente en obra gris.
Unos 4 mil 700 trabajadores han estado laborando en tres turnos distintos en una modalidad 24/7. El Ejército Mexicano ha asegurado que sí o sí comenzará a funcionar este mes. Incluso dicen que desde ese día se podría brindar el servicio a las 19.5 millones de personas para las que, se supone, tendrá capacidad. Pero, ¿será posible?
“Es una dificultad de contestar”, respondió a Infobae Moisés Sacal, piloto y arquitecto mexicano, “al parecer lo que faltan son detalles de acabados, algún mobiliario”, continuó señalando que, a menos de un mes de la entrega, “sí veo posible una inauguración”, grabando que, como ha sido el caso de varios aeropuertos privados que han iniciado labores con solo un portentaje de su capacidad instalada, “probablemente el plan es iniciar poco a poco”, subrayando incluso que ya hay vuelos programados para operar desde el primer dia.
El nuevo AIFA tiene previsto iniciar sus actividades por lo menos con 8 vuelos comerciales. Por ejemplo, los de la aerolínea Volaris con destino a Tijuana ya Cancún. La también de bajo costo Viva Aerobus y Aeroméxico son otras de las compañías que ya ofrecen el aeropuerto de Santa Lucía entre sus destinos. El próximo 21 de marzo, la aerolínea Conviasa, de Venezuela, será la primera línea aérea internacional en anunciar su entrada en operaciones en el nuevo aeródromo mexicano. Unos 150 vuelos más tendrán operaciones, pero se trata de las actividades militares habituales en el lugar.
“Sí se ven que están prácticamente terminadas las pistas de aterrizaje, las calles de rodaje, la infraestructura exterior del aeropuerto que los pasajeros no vemos hasta que estamos dentro del avión”, señala el especialista. No obstante, insista en que, para la capacidad del aeropuerto, el ritmo con el que comenzarán las operaciones “es realmente muy bajo”. “Muy seguramente vayan a inaugurar solo una parte parcial del aeropuerto”.
En un recorrido ofrecido por el aeropuerto, el personal militar asegura que desde el día uno el recinto tendrá la capacidad para movilizar a las 19.5 millones de personas para las que se planea su capacidad. Pero para Moisés Sacal eso solo es una respuesta política, que puede darse cuenta de que ni siquiera habrá tal demanda de vuelos desde el principio. “Puedo decir que estoy listo porque sé que no lo voy a necesitar”, dijo a manera de simulación.
Aunque por el lado de seguridad aérea, el especialista no tiene duda alguna de que el espacio está preparado para la operaciones, apuntando a que, por un lado, se trata de una base aérea militar, es decir, ya cuenta con la experiencia y los estándares albergar vuelos. Y por el otro, el espacio aéreo desde hace varios meses “se reconformó para poder operar en conjunto con el Santa Lucía”.
“Se va a requerir mucho entrenamiento, mucha práctica, para que los dos aeropuertos puedan trabajar al 100% de su capacidad instalada”, mucho trabajo teórico y técnico, insista, para que ambos recintos aéreos operen simultáneamente. “Ahorita será fácil, pero cuando Santa Lucía llegue a (movilizar) las 19 millones de personas, tendrán que estar muy previstos los controladores aéreos”.
¿Y la movilidad?
Por el tipo de servicio que ofrece, al hablar de un proyecto como este no solo se toma en cuenta lo referente a las instalaciones en sí, sino la infraestructura que hay disponible para acceder al aeropuerto.
El AIFA se encuentra a 44 kilómetros al norte del Centro Histórico de la Ciudad de México. Las autoridades han estimado que el tiempo de llegada óptimo, entre ambas zonas, será de 38 minutos. Pero eso será hasta se establecerá la ruta de Metro Lecheria/AIFA. Así que hasta ahora, la única manera de llegar es en vehículo vía terrestre. Infobae hizo el recorrido con reloj en mano: una hora y media fue el tiempo de traslado entre los puntos ya aumentó.
“Es muy ambicioso pretender que la movilidad va a ser muy buena cuando solamente hay un solo medio para acceder a esa zona, que es en coche”, advirtió a Infobae Karina Licea, especialista en desarrollo urbano, específicamente en movilidad no motorizada, transporte público , gestión del uso del coche y temas de movilidad sustentable.
“No estamos hablando de una infraestructura sencilla; un aeropuerto requiere una planeación de años, una modelación de los distintos modos de transporte que requiere: la carga, los pasajeros, la gente que va a trabajar en esa zona, el contexto alrededor del aeropuerto, qué actividades habrá en el entorno, quiénes vivirán cerca, en qué zona se puede habitar, si se respetó el cono de ruido, qué legislaciones se van a aplicar...”, dijo por nombrar algunas de las variantes que, a su parecer, no se han discutido como grandemente, lo que derivará en las circunstancias que provocará el proyecto, en cuestión de movilidad, y tocará a cada ciudadano resolver.
Como ejemplo de dichas circunstancias apunta a quienes viven a una distancia no mayor a tres kilómetros del AIFA. Podrían llegar sin usar el coche, es decir, caminando o en bicicleta, “pero no se cuenta con la estructura necesaria para ninguna de esas opciones”.
Hace un par de semanas, Isidro Pastor Román, director general de la terminal aérea ubicada en Santa Lucía, indicó que aquellos servicios de taxi por aplicación (léase Uber, DiDi o Cabify) no podrán ingresar a las instalaciones para recoger pasajeros debido a que es una zona federal. deben tramitar los permisos correspondientes para hacerlo. Aunque sí podrá dejar a los usuarios que lleguen al aeropuerto.
Entonces, Licea, por ahora, apuesta por la creación de rutas de transporte público que vayan de los principales puntos de demanda hacia el aeropuerto. Asimismo, enfatiza la opción del uso de coche compartido: para los empleados propone que se organicen para llegar ahí y regresar en un solo coche, mientras que para los usuarios recuerda la utilidad de aplicaciones que ofrecen ese tipo de servicio, ya que al compartir vehículo , además de aportar a la fluidez del tráfico, cada usuario ahorra una considerable en comparación con pagar el viaje solo.
Así, ambos especialistas coinciden en que es un hecho que el aeropuerto podrá empezar a operar. Incluso ven en este proyecto, más allá de los señalamientos nacidos desde la política, una alternativa de utilidad. Karina Licea señala que lo ideal, por sus características, sería considerar al nuevo aeropuerto como una alternativa de bajo costo para vuelos locales, más no como el principal.
En tanto, Sacal considera que sería “muy triste que por cuestiones políticas el aeropuerto se quede abandonado”, sosteniendo que la ciudadanía debería voltear a ver la opción que representa el nuevo recinto, recordando que hay mucha gente que vive más cerca de esa zona, por ejemplo los municipios mexiquenses como Ecatepec o ciudades como Pachuca, que ahora mismo se traslada hasta el AICM para tomar vuelos.