Toluca.- El Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Materiales Avanzados de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma del Estado de México trabaja en el desarrollo de procesos y productos mediante el empleo de sistemas dispersos en los cuales se empleen biomateriales que sean amigables con el ambiente, de fácil
implementación, que brinden beneficios al ser humano y posean un alto valor agregado.
El especialista César Pérez Alonso habló de los sistemas dispersos o sistemas coloidales, como geles, espumas, emulsiones y microencapsulados que se encuentran presentes en un sinnúmero de productos que se consumen o se emplean en la vida diaria, por ejemplo los helados, jugos, embutidos, lácteos, confitados; en la industria farmacéutica se presentan en suspensiones inyectables y tabletas; también en cosméticos, maquillajes, perfumes y cremas.
Pérez Alonso, explicó que los microencapsulados se obtienen a partir de la tecnología de microencapsulación que se emplea para proteger compuestos bioactivos (pigmentos naturales, aceites esenciales, saborizantes, vitaminas, antioxidantes), incrementando su vida de anaquel y promoviendo la liberación controlada de los mismos, precisó que existen diversas técnicas de compuestos bioactivos, empleadas por la industria, que cuenta con una importante diversidad de agentes encapsulantes en el mercado.
En más investigaciones, Luis Brunett Pérez y Enrique Espinoza Ayala, especialistas del Centro Universitario UAEM Amecameca, evaluaron la gestión del agua en los sistemas de producción lechera en pequeña escala del municipio de Amecameca; enfocando su uso con fines ganaderos, considerando que las actividades agropecuarias representan más de 76 por ciento del agua concesionada a nivel nacional y empleada en acuacultura, pecuaria, múltiple y otros.
La investigación busca determinar y analizar los principales factores que afectan la gestión hídrica del sistema familiar lácteo en la subcuenca Amecameca, determinaron que el mayor porcentaje es el uso doméstico del agua en los municipios de Amecameca y Ayapango; donde el uso pecuario representa menos del uno por ciento, incluida la agricultura de temporal.