Texcoco, Méx.- El Gasoducto en Texcoco no es un tema nuevo. Lleva el mismo tiempo que el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y va de la mano con otros negocios industriales y mayor entrada de construcciones inmobiliarias.
Actualmente la contradicción la encabezan los pobladores de San Felipe, en la Costa Chica de Texcoco. Ellos han cerrado las vialidades federales en dos ocasiones, alterando la Autopista Peñón-Texcoco y la intersección donde se conjunta la Lechería-Texcoco y la Texcoco-Los Reyes; un cuello de botella donde alrededor 50 personas afectadas, han ocasionado un caos para miles.
Sin embargo, en las dos ocasiones han recibido largas. En primer lugar por el Gobierno Municipal, encabezado por Nazario Gutiérrez, "quien nos prometió que pararía las obras y que sería él quien nos entregaría el documento del proyecto en terreno federal, pero hasta el momento, no lo ha hecho; ahora sí que sólo nos engañó y por eso estamos cerrando las vialidades". La segunda ocasión, por el Gobierno estatal, en su Dirección Regional en Texcoco, donde tuvieron una reunión entre la comitiva de los pobladores y los encargados de las oficinas regionales.
En las dos ocasiones, los pobladores han querido hacer valer su derecho a una vida digna, con información transparente respecto al proyecto federal y apegado a los principios de la Convención de las Naciones Unidas, esto porque dicen que los ductos de gas son construidos al "chaz, chaz, sin diálogo con las personas que, en su derecho, piden una información amplia, y porque también, los ductos pasan a un lado de las tuberías del agua, mismas que están viejas y dañadas".
Actualmente, el municipio tiene por lo menos dos obras oficiales "paradas" por el tema de las construcciones sin aprobación del Instituto Nacional de Antropología e Historia INAH; una recientemente en la periferia de la cabecera municipal, en la escuela ESFIR, y otra en Coatlinchán, esta ultima sólo proyectada en papel. El INAH, en San Luis Huexotla, ha mantenido en expectativa a los habitantes, que no pueden construir, ni restaurar el interior de sus casas, aunque estén alejadas de las murallas arqueológicas, porque el Instituto no se los permite.
De esta forma, los habitantes se preguntan, como es posible que los proyectos federales como el Gasoducto pueden ser una realidad, mientras que cientos de habitantes mantienen sus propiedades estancadas por mínimos arreglos hogareños y en sus comunidades. Lamentan que el Desarrollo Urbano, Progresista o Sustentable, está "parado", ya sea por el INAH, o por intereses particulares sin beneficio directo para los habitantes, principalmente para los habitantes de la Costa Chica, que están a la espera de otra reunión.