El 24 de septiembre, el gobernador de la entidad dio el banderazo de salida de mil unidades nuevas de camiones de transporte colectivo en el Estado de México y anunció la renovación gradual de los 76 mil camiones restantes, sin embargo concesionarios afirman que no tienen la manera de hacer este cambio pues carecen de recursos suficientes y de in-centivos por parte del gobierno para poder hacerlo.
Carlos Miguel López, secretario de la Unión de Concesionarios Colectivos de Ciudad Nezahualcóyotl, afirmó que, a cuatro meses del incremento del pasaje a ocho pesos, el estado mecánico y físico de las unidades del transporte público se mantiene en las mismas condiciones debido al robo de unidades, descapitalización y falta de financiamiento directo.
"El problema del parque vehicular es que en su mayoría está muy deteriorado y fuera de norma, pero no solo es la cuestión de renovar y ya, o de tener los recursos suficientes para renovar el parque vehicular, nos afecta el problema de inseguridad que consideramos como grave y que mucha gente que ha hecho el esfuerzo por renovar su parque vehicular, desgraciadamente tiene el problema de que esas unidades nuevas se las están robando; prácticamente se invierten las ganancias en mantener el estado mecánico de motor y frenos".
Es lamentable, afirmó, que las autoridades no actúen, o que ha-gan muy poco o se limiten a llevar estadísticas, pero no hay un verdadero trabajo de investigación que se traduzca en la captura de las bandas de delincuentes quienes se dedican al robo de ve-hículos, hasta este momento no se ha tenido una respuesta favorable.
En el caso de la renovación, destacó que a las empresas les han dado facilidades para el mejoramiento de la flota, sin embargo no se ha consolidado y sí se ha fomentado la corrupción pues aunque hay casos en que dirigentes de transportistas han señalado que tienen una garantía de hasta 2 millones de pesos para el cambio, y con ello se les permita trabajar a los concesionarios con unidades fuera de norma.
Miguel López sostuvo que en la región, los empresarios implementaron el Fideicomiso Trans-porta, a través del cual el interesado se inscribía, aportando una cuota económica semanal durante tres años. "Una vez que se tenía una cifra ahorrada se destinaba para dar un enganche, au-nado a una carta que daban los directivos para solicitar un crédito con alguna empresa vendedora, pero este esquema tuvo sus deficiencias" lógicamente aunadas a la corrupción y malos ma-nejos.
"Siempre planteamos la necesidad de que el gobierno también apoyara a los transportistas pero con recursos directos; que pusiéramos una parte nosotros y otra el gobierno del Estado de México, para ayudar al transportista como un mecanismo de corresponsabilidad en la prestación del servicio", añadió." La responsabilidad del transporte corresponde al gobierno, pero su incapacidad para prestar el servicio genera que nos concesione y como particulares estamos arriesgando e invirtiendo capital en una actividad que se ha convertido de alto riesgo porque a diferencia de otro tipo de negocios, aquí se pierde en un abrir y cerrar de ojos; literalmente así es, llegan los rateros, te despojan de la unidad y te quedaste sin nada", concluyó.