El gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, ha confirmado este miércoles que la región que dirige ha experimentado durante los últimos meses un repunte del crimen organizado, en parte, por los dispositivos desplegados en el territorio vecino de Michoacán, produciéndose así, lo que las autoridades conocen como el 'efecto cucaracha', la huída de los delincuentes hacia otros sectores en los que acomodar sus redes delictivas.
Ávila ha confirmado durante una entrevista que "los operativos llevados a cabo en Michoacán" han provocado este aumento de la delincuencia, en especial en los municipios de Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, Ecatepec y Cuautitlán Izcalli, así como en otras zonas limítrofes con el estado de Guerrero, ubicaciones que han recibido el apelativo de 'puntos rojos' por parte de las autoridades.
El gobernador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha señalado que en su gestión, la seguridad "es el tema más importante hoy por hoy". Sin embargo, ha reconocido las dificultades que supone enfrentarse a según qué tipo de situaciones y de ahí que el Estado de México ostente puestos de privilegio en dudosas listas de delitos, entre ellos el de la extorsión, tal y como él mismo ha confirmado, después de un informe emitido esta semana por el Sistema Nacional de Seguridad Pública
No obstante, Ávila se ha mostrado esperanzado después de que el Gobierno de Enrique Peña Nieto haya anunciado su participación en la lucha contra la delincuencia y el crimen en este estado, con el refuerzo de efectivos policiales y con la participación en labores de investigación, Inteligencia y monitorización de las actividades en las zonas más peligrosas, de instituciones de y cuerpos de seguridad federales.
Ávila ha revelado que el estado contará con las presencia de efectivos de la Marina y de las Fuerzas Especiales, después de que se le ofrecieran 80 hectáreas en la población de Valle de Bravo en la que instalar sus campamentos y unidades de adiestramiento.