Durante 70 años, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha elegido a cada uno de sus rectores a través de la Junta de Gobierno, máximo órgano integrado por 15 notables académicos.
Ayer se dio a conocer la convocatoria para que –bajo el procedimiento que ha regido a la UNAM desde 1945– se designe a nuevo rector, después de que José Narro Robles ocupara el cargo por ocho años.
El mes pasado, académicos entregaron una carta a la Junta de Gobierno donde piden “mayor transparencia” en el proceso, por ejemplo, que se den a conocer las entrevistas que realizan a los aspirantes o las votaciones finales.
Imanol Ordorika, académico de la UNAM, y especialista en temas de educación superior, asegura que “desde hace mucho he planteado que la Junta pudo haber correspondido a las necesidades de la Universidad en los años 40, en el siglo pasado. Pero ahora, tanto la Universidad como el gobierno son diferentes y necesitan establecerse métodos más participativos y democráticos. En este momento, en las condiciones actuales, creo que pueden darse pasos en establecer procesos con más acceso a la información, más transparentes”.
Sin embargo, voces desde la rectoría aseguran que este procedimiento brinda “estabilidad”. César Astudillo, abogado general de esta universidad, opina que “la Junta tiene suficientes facultades para determinar si modifica algunas fases de cómo va a llevar el proceso. De hecho se han venido integrando elementos novedosos”.