Como parte del programa de vigilancia para el control sanitario del agua y a efecto de identificar que ésta sea apta para uso y consumo humano, la Secretaría de Salud (SEDESA) de la Ciudad de México, a través de la Agencia de Protección Sanitaria (APS),
realiza acciones de rastreo y verificación en más de 963 purificadoras de agua detectadas en las 16 delegaciones.
Los verificadores sanitarios, adscritos a la Dirección de Alimentos, Bebidas, Otros Servicios y Control Analítico de la APS, verificaron durante 2014 a noviembre de este año 488 plantas de fabricación de purificación y envase y venta de agua, de las cuales 192 fueron suspendidas por incumplir con las medidas sanitarias.
Las visitas se llevan a cabo de manera permanente a estos establecimientos, al igual que la supervisión que se efectúa en los expendios de hielo y pipas transportadoras de agua potable, con la finalidad de que cumplan con las normas sanitarias y no se ponga en riesgo la salud de los capitalinos y personas que vistan o laboran en la ciudad.
Los tres puntos críticos que tienen que cumplir cabalmente son: que el área de llenado de garrafones esté aislado totalmente, los tanques de almacenamiento estén bien tapados y sin evidencia de contaminación y que los filtros de purificación de ozono, lámpara de ultravioleta y de carbón activado funcionen a la perfección, ya que las fallas en alguno de estos se considera, por Norma Sanitaria, como un riesgo a la salud, al no haber un procedimiento de filtración adecuado.
Entre otros puntos mediante los cuales se hace la valoración de riesgos, los verificadores de la APS corroboran que las áreas recepción de envases y entrega del agua estén separadas; se use desinfectantes de grado alimenticio inocuo y que el personal de llenado porte guantes, cubreboca y cubrepelo; las tuberías deben ser señaladas respecto al tipo de agua que transportan, así como cumplir con los análisis microbiológicos del agua, la cual normalmente es surtida por pipas y viene de pozos.