En bicicleta, caminando, en autobús o por cualquier medio que lo permita, miles de peregrinos han arribado a la Basílica de Guadalupe, en la capital del país, con motivo del 485 aniversario de la aparición mariana.
Entre los visitantes, que desde el viernes pasado han llegado al recinto o a los lugares especiales para su recepción como la Casa del Peregrino, hay quienes llegan en grupos de 20, 50 y hasta 200, provenientes de entidades como Tlaxcala, Estado de México, Puebla, Yucatán y San Luis Potosí.
“No podía faltar a ver a mi virgencita, que tantos favores me ha hecho”, revela Adriana quien a sus 67 años confiesa que quizás es la última vez que se animará a hacer este viaje a pie desde Toluca, pues su salud y edad ya no se lo permiten.
“Ha sido difícil, me ha tomado más tiempo del que esperaba. Incluso tuvimos que parar más veces que en años pasado, pero mi familia me echa porras y me apoya para hacer esta última peregrinación”, comenta mientras come una quesadilla en los comedores de la calle de Montiel, a una cuadra de la Basílica.
Lo mismo hay jóvenes que viejos, niños que adultos, quienes recorren la Plaza Mariana, ingresando por Calzada de Guadalupe y pasando por el famoso Carrillón Guadalupano, que hora con hora, marca el tiempo y que incluso reproduce una interpretación del “Milagro del Tepeyac”, al cual muchos esperan ansiosos este domingo.
“Lo más pesado está por venir”, informa uno de los oficiales que ha sido distribuido a lo largo de la calzada y que ha estado en guardia permanente para garantizar la seguridad de los más de siete millones de visitantes que se esperan en el lugar.
“Y es que es domingo”, agrega uno de los feligreses que sin falta acude a misa todos los fines de semana, aunque ahora lo ha hecho desde temprano para escuchar la homilía de monseñor Enrique Glennie Graue, con motivo del tercer domingo de adviento.
“Cuando cae entre semana el tráfico suele ponerse todavía más pesado, ya que se juntan quienes entran o salen de trabajar con los peregrinos que llegan al lugar, pero ahora que cayó en domingo todo el ajetreo comenzó desde el viernes por la tarde-noche”, agrega don Jacinto, quien vive en las inmediaciones del santuario.
Aún así, los mismos reportes viales revelan cargas vehiculares por los principales acceso a la Ciudad de México, como avenida Zaragoza, Insurgentes Norte, Tláhuac, Tacuba y Tlalpan, por mencionar las más emblemáticas por donde a lo largo del día se ven grupos de ciclistas y convoyes de camionetas en peregrinación.
Los hay también quienes siendo habitantes de la capital del país se lanzan a peregrinar al santuario al caer la noche para llegar en las primeras horas del 12 de diciembre.
“Cuando trabajo, generalmente salgo de mi jornada e inicio mi peregrinación desde la oficina a la Basílica, pero ahora lo haré desde mi casa ya que cayó en dominguito”, asegura Juan Carlos, quien en esta ocasión peregrinará con su hijo de 12 años para compartir esta tradición que adquirió de su padre.
Pero también los hay quienes a pesar de no peregrinar, no desaprovechan la ocasión de festejar, y en sus barrios o calles han adornado los altares en donde tienen a “la Morenita” para que los proteja.
Es el caso de lugares como la estación de metro Escuadrón 201, donde los conductores de peceros de la ruta 108 tienen un altar de la Virgen de Guadalupe y han dispuesto bocinas con música, además de decorar con luces y papeles el lugar para celebrar.
También están quienes guardan prudencia como Alicia, una mujer de 97 años de edad que recuerda con cariño a La Guadalupana porque “le ha hecho muchos favores” a lo largo de su vida.
“Ya no puedo caminar mucho, así que le digo a mi mamá Lupita que desde acá me guarde bajo su manto. Sólo extiendo mi mano al cielo azul y le pido que me cubra, quizás, cuando tenga chance iré a verla, y si no, la veré en el cielo cuando me llame el Señor”, comenta con una sonrisa chimuela mientras toma sol sentada a la puerta de su casa.
Así, transcurre el domingo mientras la afluencia a la Basílica comienza a intensificarse, como lo revela la cámara de México Webcam que no ha dejado de trasmitir en vivo desde anoche y en cuyas imágenes se escucha el bullicio de los peregrinos que llegan al lugar.