Aplicar con voluntad, políticas públicas más agresivas y sin resquemor a los cambios exhortó el diputado Humanista, Luciano Jimeno Huanosta, a Ramón Aguirre Díaz, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.
Durante la reunión de la Comisión Especial de Inversión de Infraestructura, el también presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la ALDF, aclaró al funcionario que solucionar los problemas del agua, es de voluntades, no “del mejor gallo”.
Jimeno Huanosta, lamentó que durante esa reunión el funcionario no diera ni buenas ni malas noticias, sino la misma información que hemos escuchado desde hace muchos años y lo que necesitamos, es atacar de fondo el problema.
Recordó a Aguirre Díaz que dichas reuniones son para buscar cambie las políticas que no funcionan y no para entrar en discusiones, pues, la realidad, insistió es una mesa de trabajo, no de debate.
Se mantienen fugas de agua, la instalación de pozos clandestinos, los hundimientos en la capital del país por la sobre extracción del vital líquido, así como suministro por tandeos, sin agua en regiones como Iztapalapa.
Jimeno Huanosta, le propuso a Aguirre Díaz, soluciones y le recomendó estudios, así como tecnología que aplica la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) con la cual evitaría fugas, así como medidores con válvulas que “cobran por aire” y no por el agua que suministra.
Es una tecnología, insistió, a largo plazo, pero con soluciones 50 por ciento más barata, porque el agua que dotan, dijo el diputado por el partido Humanista, es de mala calidad, con substancias altamente cancerígenas como el arsénico.
Le recordó que la nueva Constitución de la capital del país, estable como un derecho el agua, incluso, afirmó, “si nos sujetamos a lo que dice el artículo nueve, en su inciso F, ese vital líquido deberá ser gratuito, porque es un bien público, inalienable, inembargable, irrenunciable y esencial para la vida, sin fines de lucro”.
Es tratar de buscar estrategias de gobierno, sin cerrazón y con tecnologías existentes para remediar los problemas de esta capital del país, es decir, captar agua para inyectar al subsuelo y "podemos demostrar que sí es posible", concluyó.