Una ciudadana estadounidense residente en Florida restituyó voluntariamente al gobierno mexicano una veintena de piezas presumiblemente prehispánicas, coleccionadas por su padre. Se trata de un corpus representativo de las diversas culturas que se desarrollaron
en la Costa del Golfo de México, específicamente en lo que hoy es el estado de Veracruz.
Tras las gestiones de oficio por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), los bienes fueron trasladados vía valija diplomática a territorio nacional y entregados al INAH el 10 de mayo pasado, para su adecuado resguardo.
Los 20 objetos en cuestión fueron analizados en la Dirección de Registro Público del INAH, por los arqueólogos Omar Silis García e Isaac David Ramírez Rizo, y se determinó que 18 de ellos son prehispánicos, uno de reciente manufactura —evidente en la pasta, tipo de cocción y rasgos morfológicos—, y un coral blanco, esférico, sin valor cultural.
Las 18 piezas arqueológicas originales ejemplifican la diversidad espacial y temporal de las culturas de la Costa del Golfo. Desde pequeñas cabezas de estilo olmeca provenientes de la región centro-sur de Veracruz, y que son las más antiguas (400 a.C. – 200 d.C.); a “dioses narigudos”, figurillas hechas por grupos totonacos y datadas hacia 600 - 900 d.C., y la representación de un mono de filiación huasteca, más tardía, del norte de Veracruz (1200-1400 d.C.).
El arqueólogo Ramírez Rizo indicó que una de las piezas totonacas mezcla rasgos humanos y animales: un hombre de abdomen prominente con cabeza de ave y alas desplegadas, que se asemeja a las denominadas “palmas”, esculturas frecuentes en El Tajín que aparentan ser hojas de palma y que representan cabezas humanas estilizadas.
Otra pieza, señaló, representa la cabeza de un personaje femenino de estilo remojadas (400 - 600 d.C.), propio del centro-sur de Veracruz, y elaborado mediante modelado, con los rasgos logrados por pastillaje y pintura facial a base de chapopote.
En el lote destaca un silbato y una figurilla de barro con la representación de un felino, que contaba con cuatro ruedas y tenía una función lúdica, así como un hacha elaborada en roca metamórfica y una navajilla de obsidiana.
Las 18 piezas arqueológicas serán integradas al Sistema Único de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, para su inscripción oficial como bienes bajo custodia del INAH; posteriormente, algunas de ellas podrían exhibirse en algún recinto museístico apropiado.