Las madres solas en situación de precariedad económica recibirán un apoyo del Gobierno de la Ciudad de México, como una forma de garantizar el derecho a la alimentación de los menores de edad, al aprobarse reformas legales en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Elizabeth Mateos Hernández, presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, dijo que el beneficio consistirá en un apoyo alimentario mensual sin el menoscabo del derecho que tienen a recibir alimentos por parte del progenitor, como establece el Código Civil para el Distrito Federal.
Recordó que en la Ciudad de México el 72.5 por ciento de madres solas ocupan el mercado laboral, pero enfrentan una doble coyuntura, como la educación de sus hijos sin tener el apoyo de una pareja y trabajar para llevar el sustento económico al hogar.
Quienes carezcan de recursos económicos suficientes para mantener a su familia podrán acceder al apoyo.
Al presentar ante el Pleno el dictamen emitido por la comisión de Atención a Grupos Vulnerables y derivado de una iniciativa que presentó el diputado Adrián Rubalcava Suárez, señaló que la armonización del marco normativo refrenda el cumplimiento de los derechos humanos de uno de los sectores de la población en desventaja social.
La legisladora perredista resaltó que este tipo de acciones mejoran la calidad de vida de las mujeres y de sus hijos que residen en la capital del país, ante la carencia de mayores oportunidades de desarrollo.
Otros beneficios que brindará el apoyo alimentario será solventar la educación de los menores de edad, y que cuenten con más oportunidades de acceder a la salud, asesoría jurídica, capacitación y a las actividades deportivas y culturales.
Recordó que en México existen alrededor de cuatro y medio millones de madres solas por abandono, divorcio, separación, migración o por elección propia, que han tenido que hacer frente a los retos que les demanda la sociedad, en materia de educación y cuidado de los hijos.
Resaltó que existe una tendencia creciente de madres solas y jefas de familia, lo que las obliga a obtener ingresos económicos suficientes para atender las necesidades de su familia, además deben esforzarse más para la crianza y el cuidado de sus hijos y, en algunos casos, la atención de otros familiares, como padre y madre.
Históricamente, las madres solas con precariedad económica se han enfrentado a situaciones adversas que limitan su desarrollo y el de sus hijos, tales como maltrato físico y mental, discriminación, persecución y violación a sus garantías fundamentales, pero las han afrontado y han logrado desarrollar un sinnúmero de aptitudes para cumplir su condición de madres.