La ombudsperson local, Nashielli Ramírez, llamó a reivindicar el concepto de libertad y hacer los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales el principal eje de la vida de la Ciudad de México.
Se trata, explicó, de derechos humanos plenamente exigibles, tanto al Estado como a otros actores sociales políticos y económicos, indicó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
Son, añadió, los derechos humanos relacionados con el lugar de trabajo, la seguridad social, la vida en familia, la participación en la vida cultural y el acceso a la vivienda, la alimentación, el agua, la atención de la salud y la educación.
“La Constitución (local) representa un hito fundamental en la historia de la Ciudad y a la vez contiene la bases para hacer de los derechos humanos, y particularmente de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) el principal eje de la vida de la ciudad”, resaltó.
Durante el conservatorio La Constitución Política de la Ciudad de México, “Derecho a la ciudad y DESCA”, Ramírez Hernández señaló que durante décadas se difundió un discurso falaz en las escuelas de derecho y en la judicatura.
Ello, dado que se pretendió darle a los DESCA un estatus de derechos de segunda. Sin embargo, “esa óptica está en camino se der superada y la Constitución local se inscribe en este proceso de superación”, anotó.
Refirió que en 1993 en la Declaración y el Programa de Acción de Viena se estableció que todos los derechos humanos son universales, indivisibles, interdependientes y están relacionados entre sí.
Además, se estableció que la comunidad internacional debe tratar a los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso.
También, reconociendo la necesidad de realizar un esfuerzo concentrado para garantizar el reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales a niveles social, regional e internacional.
Es así que los DESCA no son derechos aspiracionales ni prestacionales ni imperfectos, sino “derechos humanos y en tanto tales son derechos plenamente exigibles, tanto al Estado como a otros actores sociales, políticos y económicos”, puntualizó.