-Contiguo a la primera iglesia anglicana construida en México
CDMX, 31 enero 2023 —El Centro Histórico de la Ciudad de México y sus edificaciones dan testimonio de la amplia influencia que representantes de otros países han tenido en el crecimiento de la capital. Algunas comunidades extranjeras aprovecharon las construcciones previas para edificar sus hogares e instituciones, tal como lo demostró un hallazgo realizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la calle de Artículo 123.
Con motivo de las exploraciones realizadas en el marco de un proyecto inmobiliario en el perímetro B del Centro Histórico de CDMX, personal de la Secretaría de Cultura, así como del INAH, intervino un predio en cuya fachada todavía se conservan rasgos de la corriente arquitectónica *Art decó* que datan del siglo XX. De igual forma, se especula acerca de su constante ocupación realizada desde la época prehispánica.
En las exploraciones, personal especializado descubrió indicios de tres reestructuraciones realizadas a lo largo de la ocupación del predio. En la más reciente, luego de indagar en una letrina clausurada en el sur del terreno, destacó el hallazgo de gran cantidad de loza fina blanca de importación en su interior.
En el inmueble se hallaron fragmentos de una escupidera perteneciente al Hospital Greenwich de Londres, Inglaterra (INAH)
El hallazgo más sobresaliente de todas las piezas consiste en los restos de una escupidera cuya procedencia se relaciona con el Hospital de Greenwich, en Londres, Inglaterra. Cabe mencionar que dicha residencia fungió como hogar para los navegantes retirados de la Marina Real de Gran Bretaña.
Por sí misma, la loza encontrada no puede ser considerada como un dato que corrobore la presencia de la comunidad británica en las inmediaciones del primer cuadro de la capital del país. No obstante, la cercanía del inmueble con la Christ Church, es decir la primera iglesia anglicana construida en México entre 1893 y 1895, puede ser indicio del asentamiento en mayor escala de dicho sector de la población.
El inmueble intervenido se ubica de forma contigua a la obra arquitectónica de Harwood H. Simpson, la cual fue edificada entre 1893 y 1895 para practicar la religión con origen en 1534.
En una letrina fueron halladas diversas piezas de cerámica (INAH)
Otro de los hallazgos que brindó pistas acerca de la época en la que dicho terreno habría comenzado a ser habitado fueron las piezas de cerámica correspondientes al periodo Posclásico, es decir entre 1200 y 1519, según informó el INAH en un comunicado. Lo mismo sucedió con modificaciones en la estructura arquitectónica que demostraron diversas técnicas de cimentación.
“Con la asistencia en campo de los arqueólogos Emilio Antonio Garcés García y Miguel Ángel Luna Muñoz, localizamos dos columnas de tabique de la época colonial, las cuales fueron adosadas, en el México Independiente, a muros de medianería (utilizados para dividir terreno). La tercera ocupación del espacio nos la indica la reutilización de ese par de columnas cuando habitantes ingleses arribaron al área, en las postrimerías del siglo XIX”, afirmó Liliana Márquez Escoto, directora de Salvamento Arqueológico.
Los contextos descubiertos refieren a tecnologías, materiales constructivos y estilos implementados a partir de la época colonial. Entre ellas se encontraron técnicas destinadas a atender la problemática que las condiciones de suelo pantanoso y sísmico aquejaron a los habitantes que se expandieron hacia la periferia de Tenochtitlán con la caída del imperio mexica.
Otro de los datos que los expertos pudieron corroborar después de cotejar la ubicación del predio en registros históricos fue la propiedad. Según apuntaron, “formaba parte de la colonia francesa, es probable que fuera habitado por ingleses y, legalmente, perteneciera a una persona de origen español”.
Por el momento, las investigaciones continuarán con la finalidad de averiguar la función que se le llegó a dar al espacio con el paso de los siglos, más allá de la segunda etapa cosmopolita de la Ciudad de México.