A pesar de crisis económica, el aumento al metro y la electricidad y la galopante inflación que golpea a los ciudadanos de la ciudad de México, ésta se prepara nuevamente para realizar las festividades de fin de año, principalmente la navidad que se celebra de distintas formas cada una de las familias mexicanas.
El gobierno de la ciudad de México y cada una de las delegaciones políticas han generado un ambiente propicio para estos festejos al iluminar los principales edificios públicos y avenidas principales con luces de colores, y el establecimiento de nacimientos con el Niño Dios.
A lo largo de las fechas previas a la celebración de Navidad, se han venido realizando las tradicionales posadas en muchas de las vecindades y calles de los barrios capitalinos. Aunque las posadas se han transformados en meras reuniones familiares con la ausencia de los cantos de Posada. Ahora se han convertido en meras reuniones de amigos o familiares para la convivencia y el uso generalizado de los móviles en cada una de estas reuniones.
En la ciudad de México además se iluminó el Zócalo capitalino con mensajes alusivos a estas fechas y varias de las principales calles del centro Histórico. La Alameda central no se engalanó como en otros años con la feria navideña y de las tradicionales fotos de navidad y santos reyes. Los han reubicado en zonas aledañas a la Alameda.
Miles de familias han concurrido a caminar por la calle de Madero donde diversos patrocinadores han establecido mecanismos para alegrar a los niños con la caída de nieve artificial. Miles han acudido días previos a los festejos de navidad.
Unos se quedaron, otros se fueron del Distrito Federal a celebrar las fiestas de fin de año, pero para las millones de personas que desean disfrutar de la urbe, el gobierno capitalino inauguró el pasado 16 de diciembre una mega pista de hielo y una pista artificial de ski en el Zócalo.
Durante la inauguración el jefe de gobierno local, Miguel Ángel Mancera Espinosa junto a cinco mil personas entre otros funcionarios admiraron un espectáculo de luces “nunca antes visto” en el cual bailarines, actores y cirqueros demostraron movimientos que desafiaban la misma gravedad.
Primeramente y de manera impresionante un grupo representando al pueblo azteca volvió a bailar en el Zócalo capitalino donde se encontraba el Templo Mayor de la antigua Tenochtitlán, mientras un grupo musical tocaba temas tribales y clásicos populares que cautivaron al público asistente.
Después unas feroces bestias salieron en medio del suelo congelado para interpretar una lucha entre personajes que salieron del profundo sueño de su creador al son de las flautas y los toques haciéndole ver al espectador los más grandiosos efectos de luces asemejando una lucha campal entre guerreros de la época prehispánica.
Sin que uno se diera cuenta la intensidad de la luz alumbró a seis bailarines que danzaban en la cima de unas dos grúas de 25 metros de alto jugueteando cada uno con esferas de colores mientras abajo seres de otro mundo lanzaban de sus tentáculos llamaradas de fuego circundante e incandescente.
Después de lo cielo cayeron copos de nieve asemejando un paisaje nórdico en el cual los niños pequeños intentaban agarrarlos pensando que eran reales, pero al darse cuenta solamente era espuma de colores. Finalmente para despedir la noche, la Catedral Metropolitana se convirtió en una pantalla gigante en la cual proyecciones pintaron en sus paredes imágenes relativas a la navidad.
Cabe destacar que los espectadores comenzaron a acceder al primer cuadro de la ciudad alrededor de las 17:00 horas de la noche con la finalidad de obtener su pase o listón de color que les permitiría tener un lugar cercano a los personajes que actuaron en la pista de hielo.
Junto al primer mandatario capitalino se encontraban sus familiares y secretarios de su gabinete como empleados del gobierno local que tuvieron reservados lugares especiales “en primera fila”, desde los cuales tomaban fotografías para llevarse un buen recuerdo a su hogar.
Antes de iniciar el evento, Mancera le dijo a todos los presentes que la pista de hielo será gratuita para todos los capitalinos, por lo que inauguró formalmente el inicio de los festejos navideños que culminarán el próximo mes de enero con el inicio del año 2014.
Por otra parte, según el Gobierno del Distrito Federal (GDF) por día 15 mil personas utilizan la mega pista de hielo, sin que se les cobra “un solo peso”, sin embargo el tiempo es restringido con la finalidad de que todos los interesados de disfrutar la experiencia lo puedan hacer.
Además, la atracción más ovacionada es un tobogán de ocho metros de altura en el cual niños y adolecentes disfrutan de la “alta velocidad”, para después patinar el 40 mil metros cuadrados hielo solidificado apoyados por instructores que los vigilan a que disfruten la experiencia y no realicen movimientos que ponga en peligro su seguridad.
Por último, el costo de instalación de “la pista de hielo más grande de América Latina” fue de 6 millones de pesos por parte del gobierno local, sin embargo también participaron otras entidades privadas que apoyaron con otros gastos en menor cantidad.
Al mismo tiempo en el tramo que comprende Isabel La Católica a Bolívar habrá ‘nevadas’ el cual se presentará viernes, sábados y domingos en tres horarios; siendo el primero a las 19:00 horas.
La Navidad es una de las celebraciones más extendidas por todo el mundo, pero en el país y en la Ciudad de México, con su clima frío pero moderado en esa época e incluso con sol muchas de las veces, y un sinnúmero de tradiciones esta fiesta adquiere características únicas que le dan un sabor particular.
La temporada navideña en la ciudad de México empieza el tercer sábado de noviembre cuando se realiza el encendido del árbol de Navidad de Liverpool Insurgentes (Avenida de los Insurgentes esq. Félix Cuevas) y coincide también con el inicio del Adviento, temporada del año en el que las familias mexicanas acostumbran encender una vela cada domingo de corona hecha con ramas de abeto, pino y encino. Otra tradición que recientemente se ha hecho más concurrida es la feria de productores de plantas en Paseo de la Reforma, que empieza el cuarto domingo de Noviembre y al cual acuden un gran número de personas para comprar las flores de nochebuena directamente a sus productores.
A partir de esas fechas la ciudad se transforma, las jardineras del Paseo de la Reforma se llenan del color rojo de las nochebuenas y de la exposición anual de nacimientos tradicionales. En el Centro Histórico, las fachadas de los edificios que rodean el Zócalo son cubiertos con ornamentos de escarchas metálicas de colores y luces.
Asimismo, los centros comerciales preparados para su mejor temporada de ventas al año lucen resplandecientes decoraciones, entre las que te recomendamos visitar especialmente la de Galerías Insurgentes en la Colonia Del Valle así como dos pequeñas tiendas en Coyoacán localizadas en Río Churubusco a una cuadra de la Casa Museo Leon Trotsky. Incluso las colonias más sencillas cubren sus calles con faroles de papel y guirnaldas de aluminio de colores y heno con una sensibilidad y autenticidad asombrosa.