Entre los libros de texto, la “misoginia” y la revolución

MTRA. DELFINA GÓMEZ,

SECRETARIA DE EDUCACIÓN PÚBLICA:

El discurso ideológico amenaza con anestesiar nuestra mente, confundir la curiosidad y distorsionar la percepción de los hechos.

Paulo Freire

Lamento el cese del escritor Jorge F. Hernández como agregado cultural en la Embajada de México en España; quienes lo conocen, sólo tienen palabras elogiosas para su persona y su nivel intelectual.

Se conjuntaron la insidia de un funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores con la crítica hecha por  Hernández a las declaraciones de Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP. Hernández fue una de las muchas voces del mundo cultural que literalmente se pitorrearon de Arriaga cuando expresó que leer por placer “es un acto de consumo capitalista”.

Lo que más lamento es la permanencia de  Marx Arriaga en la SEP. Este señor puede pensar lo que le venga en gana, pero sus convicciones radicales sobre las mujeres, la educación y la sociedad no las puede hacer extensivas a sus programas de trabajo como funcionario público.   

Volviendo al pecado capitalista, que ni se preocupe don Marx. 40 por ciento de los habitantes de zonas urbanas NO leen ni siquiera revistas de chismes. De los que sí leen, sólo una quinta parte acude a librerías y similares (INEGI, 2020).  En cuanto a los niños, 50 por ciento tiene problemas para extraer la información de lo que lee y 60 por ciento para una comprensión global (Caracas y Ornelas, 2019). De promover la lectura debió de haberse ocupado Marx cuando fue director general de Bibliotecas en vez de panfletear.

Por lo que hace a las mujeres y en un evento celebrado en Hidalgo (abril 2019) donde se abordó el sistema machista predominante, Arriaga fue tajante con las mujeres: “No esperen que su libertad les llegue como regalo, lean aquellos libros donde están descritos los caminos de la revolución. (…) Necesitan cultura, lo cual les dará identidad y, dos, educación para desarrollar un pensamiento crítico”.

Ni duda cabe que se requiere educación y dar una lucha dentro de la sociedad para romper paradigmas opresores, pero de eso a la revolución hay un buen trecho si queremos cohesión social. ¿Dónde deja Arriaga la responsabilidad de los varones? Tal parece que don Marx va por la ideologización pura, la autodefinición a través de la confrontación.

Mi mayor preocupación es que Arriaga encabeza la reforma de contenidos de 18 libros de texto gratuito (LTG). Grave, muy grave, doña Delfina, a pesar de que sólo ha entregado dos. Espero que esa muestra sirva par calibrar el valor de los demás.

Arriaga quiere “cambiar los LTG monológicos donde se dé una sola visión del mundo (…) frente a un texto que permita la interacción de las voces”. Si Arriaga y sus protectores quisieran escuchar otras voces, no habrían cesado a Hernández, ni escogido como marco teórico para la reforma el de los marxistas Mijaíl Bajtín y Valentín Voloshinov.

Coincido con Arriaga en que los LTG no son materiales neutros, responden “a un proceso histórico y situación clara (…). Las decisiones alrededor de ellos afectan la construcción de la identidad nacional, del individuo en su carácter ético”. Pero agrega que “deberán entenderse de acuerdo con las posturas políticas del momento”.

Me rehúso a que la identidad nacional se cambie por la política “del momento”. Le recuerdo que la 4T tuvo la mitad de los votos en contra y su desaprobación crece día con día.

Los LTG deben contener la identidad nacional en la que todos nos veamos reflejados, no solamente los amlovers. Nunca coincidiremos en todo, pero sí en lo básico que define nuestra nación y nuestra mexicanidad.

Ni la 4T, ni el presidente, mucho menos Arriaga, tienen la facultad de imponernos una sola visión. Eso se llama dictadura.

Investigación: Upa Ruiz  This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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