¿Se Puede Detener la Migración Centroamericana?

MARCELO EBRARD

SECRETARÍA DE RELACIONES EXTERIORES: 

"En América Latina y el Caribe,  reconstruir mejor implica reconstruir  con igualdad":   Alicia Bárcena  

“Ayúdenos a que se haga realidad el Plan de Desarrollo Integral (PDI) para Centroamérica”, pidió la doctora Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, a los asistentes a la Reunión de Embajadores y Cónsules 2022.

El encuentro anual fue celebrado en la CDMX a instancias de la Secretaría de Relaciones Exteriores (enero 11 al 13) para discutir la política exterior mexicana, en la cual el tema migratorio es de suma relevancia.

El problema no es nuevo y los intentos de solución tampoco.

Sin ir más lejos, allá por 2014 y cuando Joe Biden era vicepresidente de los EUA en la administración Obama, estuvo a cargo de las negociaciones con los líderes del Triángulo del Norte -Guatemala, El Salvador y Honduras- para aterrizar un paquete de ayuda anual de cuatro mill millones de dolares. Para su sorpresa, que no para la nuestra, pocos fueron los resultados porque una parte de los recursos se consumieron en corrupción y burocracia.

Donald Trump no tuvo tanta paciencia. Después de escalar las detenciones de indocumentados en la frontera en 2019, amenazó con recortar los planes de ayuda a los tres países, si no contribuían más decididamente a detener la migración.

Poco antes de que Trump estallara en cólera, los presidentes de México, El Salvador, Guatemala y Honduras suscribieron las bases de entendimiento para una nueva relación entre los cuatro países, a fin de promover el desarrollo regional. Lo hicieron en fecha memorable: el día de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador.

Quien agarró el toro por los cuernos fue la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y en 2019 presentó el PDI, el cual cuenta con cuatro pilares: “i) desarrollo económico; ii) bienestar social; iii) sostenibilidad ambiental, cambio climático y adaptación, y reducción del riesgo de desastres, y iv) gestión integral del ciclo migratorio.”

Cualquiera que lea el documento se convence de sus bondades; como bien dice la doctora Bárcena, “articula propuestas del todas las agencias, fondos y programas del Sistema de Naciones Unidas que actúan en la región”.

El Plan cuenta con 15 programas temáticos y 114 proyectos listos para ponerse en marcha, involucrando a la sociedad civil organizada, empresas, las agencias de ayuda y los gobiernos, para trabajar a nivel regional, nacional, local y sectorial.

Su perspectiva es novedosa en la medida en que tiene que claro que la zona requiere un nuevo modelo de desarrollo, basado en la sustentabilidad, la integración, el aprovechamiento de su ubicación geográfica, la tradición cultural y las capacidades productivas.

La llegada de la pandemia lo único que hizo fue exacerbar las debilidades estructurales de los tres países y el sur de México, y evidenciar la urgencia de implementar el PDI.

Pero como todo lo bueno en el mundo, el PDI tiene un pero. Requiere 45 mil millones de dólares a ser invertidos en cuatro años… Y nadie los ha puesto todavía.

El año pasado, la vicepresidenta de EUA, Kamala Harris, anunció inversiones privadas y apoyos gubernamentales por algo así como cinco mil millones de dólares. Encabezados por España, varios otros países y organizaciones europeas prometieron 110 millones dólares para 2022. Muy generosa la ayuda, pero aún está muy lejos de lo que el PDI requiere.

Por razones humanitarias y políticas el problema migratorio no puede seguir creciendo, pero en un contexto de inflación internacional, la cuarta ola de COVID y una economía mundial que no acaba de asentarse, veo difícil que los apoyos económicos al PDI prosperen.

Espero estar equivocado.             

Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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