Dr. Rogelio Ramírez de la O, Secretario de Hacienda:
"La inflación no es una catástrofe de la Naturaleza, ni una enfermedad. La inflación es una política": Ludwig Von Mises
Prácticamente, su figura pública está desaparecida del debate económico, pero ya es momento de tratar con usted el tema de la inflación.
Lamentablemente, ya no es transitoria y cada día crece como una seria amenaza a la estabilidad del país. Lamentablemente también, pega más a las familias más pobres, las cuales supuestamente son la razón de ser de la 4T.
En mal momento llega la inflación, pues entre 2018 y 2020, el número de pobres aumentó en casi cuatro millones y el número de pobres extremos se incrementó en 2.1 millones de personas, según datos del CONEVAL.
Los nuevos pobres y la población en general ahora se enfrentan a una inflación del 7.2 por ciento, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor de la primera quincena de abril. Tal nivel rebasa, con mucho, el objetivo oficial de tres por ciento.
El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, dio malas noticias para nuestros bolsillos al informar que el aumento acelerado de precios continuará y no se controlará antes de 18 meses. Yorio reconoció que el mercado no ha logrado ajustar esta situación, por lo que se requieren reformas por el lado de la producción. Tan importante posicionamiento lo hizo el subsecretario en un evento en la Facultad de Economía de la UNAM, evento en el que también usted estaba presente; a muchos nos extrañó que no lo haya hecho usted…
Ante la alarma, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que elabora un plan para contener la inflación. Aclaró que no se establecerá un control de precios, sino que se establecerán precios de garantía a 24 productos de la canasta básica, con la presunta colaboración de productores, comerciantes, transportistas y tiendas departamentales, para que bajen los precios a los consumidores.
La receta parece vieja y a muchos les recordó el nombre de Pacto de Solidaridad Económica promovido por el presidente Miguel de la Madrid en 1987, para enfrentar la severa crisis que su antecesor le dejó. Los resultados fueron muy buenos, entre otras cosas, porque México vivía en una economía cerrada, los trabajadores estaban afiliados a centrales obreras y el presidente no insultaba a los empresarios.
Por lo pronto, Jonathan Heath, uno de los subgobernadores del Banco de México, ya advirtió que en la actualidad los controles de precios sólo funcionan en el corto plazo y que su instrumentación debe ser cuidadosa.
Pero algo tienen que hacer el inquilino de Palacio Nacional y usted ante las cifras económicas: El precio de la canasta básica se incrementó en 13.4 por ciento en lo que va del actual proceso inflacionario, casi el doble de lo que registró la inflación. Puesto en perspectiva de los ingresos familiares, don Rogelio, los hogares con más bajas entradas gastan el 50 por ciento de sus ingresos en alimentos, mientras que los hogares de más alta capacidad económica destinan solo el 20 por ciento a ese rubro.
Veremos cuál es el plan que anuncie el presidente López Obrador. Habrá que estar muy atentos para ver si realmente incluirá medidas para proteger a las familias, sobre todo a las marginadas.
A muchos ciudadanos nos gustaría que la atención del presidente y la suya se concentrara en el combate a la inflación, dejando totalmente de lado los distractores que tanto le gustan a AMLO, como son las reformas que no pasarán.
Lo cierto es que don Andrés tiene frente a sí un coctel explosivo de inflación e inseguridad. Es una situación de muy alto riesgo que el gobierno no puede enfrentar solo. En Palacio se debiera reconsiderar si vale la pena continuar con la denostación de los actores económicos, políticos y sociales.
Hoy en día, el presidente los necesita.
Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.