Guacamaya en el Tren Maya

WORLD WILDLIFE FUND:

"Tres cosas destructivas hay en la vida: la ira, la codicia y el ego": Mahoama

No recuerdo una gran obra de infraestructura de los últimos 20 años que haya generado tanto conflicto en el país como el Tren Maya (TM); y no están ustedes para saberlo, pero el hackeo a los archivos de SEDENA indica que la cosa está peor…

De entrada, el TM no contaba con requisitos indispensables como un plan maestro, ni manifestación de impacto ambiental para iniciar la obra.

Después vinieron los señalamientos y amparos de distintas organizaciones ambientalistas por el daño a los ecosistemas de la zona, particularmente a 23 áreas naturales protegidas. En este mismo espacio me referí al estudio elaborado por científicos mexicanos a petición del CONACYT (Tren Maya, una larga vía de absurdos, 30/05/2021), cuyas conclusiones fueron alarmantes. Las explicaciones oficiales que me dio FONATUR (30/06/2021) sobre dicha columna sólo me provocaron más preguntas…

Ya en este año surgieron las quejas de ejidatarios y pequeños propietarios de terrenos en la zona, motivados por lo que consideran una indemnización  injusta. Eso sin contar que las consultas a los pueblos originarios fueron una farsa.

Ahora los archivos hackeados a SEDENA nos revelan un problema gravísimo para seguir adelante con la construcción del TM: el riesgo kárstico.

Un informe rendido a los militares el 22 de agosto pasado, indica que gran parte del tramo 5 norte pasará sobre un suelo de alto, severo y extremo riesgo kárstico, ya que “la humedad del subsuelo provoca la disolución de la roca caliza, causando huecos, hundimientos y hasta colapsos”. La humedad se debe a que en la zona existe toda una red de ríos subterráneos, cenotes y zonas de recarga acuífera, siendo la más famosa el sistema Sac Antum.

Más aún, el reporte señala que también existe la posibilidad de hundimiento y de inundación a lo largo de la construcción del tramo, debido a que la porosidad de la roca facilita la infiltración de agua.

De tales condiciones alertaron al gobierno tanto científicos como ambientalistas. Curiosamente y también según los archivos de SEDENA, la manifestación de impacto ambiental del TM.., ¡está incompleta...!, pues no incluyó justamente los estudios de subsuelo, ni del sistema kárstico.         

Sin embargo, todos estos problemas tienen “solución”…

Donde el riesgo sea moderado, pues no hay bronca ingenieril, se realizarían cimentaciones superficiales. “En zonas en donde se localicen cavernas u oquedades muy puntuales, se podrá evaluar la solución mediante inyección, siempre y cuando se sustente una investigación de ingeniería de detalle; y además se evalúe su impacto ambiental”.

Dudo que pasen la prueba ambiental, aunque ya sé que eso no importa en Palacio Nacional.

Otra “alternativa” sería llevar a cabo cimentaciones profundas con columnas sobre lo que pudiera ser roca firme. Sin embargo, nada garantiza que debajo de dicha roca no se encuentre una caverna.

Otro daño ambiental más: originalmente, el Tren Maya implicaba la construcción de parques fotovoltaicos para alimentarlo de energía solar, pues se trata de que los proyectos turísticos de FONATUR sean sustentables y que por lo menos la mitad del tren opere con energía limpia. De un de repente (¿o sería un manotazo de Manuel Bartlett..?), el proyecto se canceló, de tal suerte que la CFE será el único proveedor de energía. Y no es particularmente limpia. 

Ahora pasemos al tema de los dineros.

El costo inicial del TM fue estimado en 140 mil millones de pesos, mismos que ya crecieron a 230 mil millones. ¡71 por ciento de incremento..! En gran medida esto se debe a que el trazo del TM ha sido modificado ¡siete veces! Les digo que esto de la planeación no se le da a la 4T… Ahora falta saber en cuánto más subirá el costo a partir de las modificiaciones ingenieriles a las que obliga el riesgo kárstico.     

Desde luego, tantos cambios impactarán en el costo-beneficio de la obra. Me temo que tendrá puro costo y nada de beneficio…

Lo siento por el Ejército Nacional, a cuyo fondo de pensiones irían las ganancias, según designio presidencial, contraviniendo la ley.

Lo siento por las dos mil 500 comunidades indígenas desplazadas, porque nadie les preguntó cómo imaginaban su nueva vida y no veo ningún plan de inclusión para ellas en las actividades productivas colaterales.

Y lo siento por nosotros los contribuyentes, quienes estaremos pagando la megalomanía desbordada del inquilino de Palacio.

Leopoldo Mendívil       

Colaboró: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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