DRA. CLAUDIA SHEINBAUM, PRESIDENTA VIRTUAL DE MÉXICO:
"Veracidad: realismo, claridad, autenticidad, nobleza": Diccionario de la RAE
Hace como 30 años, se puso de moda aquello de “comunicar para gobernar” y prácticamente todos los políticos se subieron a la ola; su todavía jefe, más que ninguno. De cualquier acto propio o ajeno, López Obrador construyó una historia que engrandeció su persona y así fue como subió a la Presidencia y se inventó las mañaneras.
Espero que usted no siga ese camino; no se trata de si usted es tanto o más histriónica que don Andrés, mi preocupación va por algo más trascendente.
En teoría, la comunicación gubernamental es un bien público, aunque AMLO lo haya convertido en un bien partidista y personal. No empleó esta herramienta y todos los recursos públicos gastados en que la población conociera y evaluara las políticas y acciones de gobierno. Usted me dirá que no paraba de hablar sobre eso; efectivamente, solo hablaba, pero que informara con veracidad es otra historia.
¿Le funcionó la estrategia? Sin duda; nada más hay que ver sus cifras de aprobación. Andrés Manuel López Obrador comunicó mucho, pero no para gobernar. Comunicó para ganar las elecciones que ahora la colocan a usted a unos días de ponerse la banda presidencial.
Tantas mañaneras no fueron un ejercicio de transparencia, mucho menos de rendición de cuentas como debe ser una comunicación gubernamental. Los datos difundidos por don Andrés, al día siguiente eran cuestionados por analistas y medios; si ha habido un político distinguido en el manejo de la posverdad, ese ha sido AMLO. Yo lo postularía para cualquier think tank de comunicación.
Aun cuando le haya funcionado la estrategia, cabe preguntarse si la comunicación gubernamental de López Obrador fue benéfica para el país. No, no lo creo.
Empecemos por lo pragmático.
Aun cuando en las citadas conferencias se presentaban los secretarios, la figura presidencial por sí misma los opacó. Y seamos francos, doña Claudia, los secretarios son fusibles para que, si algo falla en ellos o en una política pública, se cambien y a otra cosa mariposa. AMLO no los destituyó, supongo que ganas no le faltaron, pero ¡cómo iba a reconocer el error! Y hay que reconocer que don Andrés ha tenido la capacidad de absorber los muchos y muy graves yerros de su administración, no sólo por su manipulación habilidosa, sino también porque contó con el “colchón” de culpar al pasado. Me temo que usted no tendrá lo uno, ni lo otro, aspecto que le complicará el discurso de inicio.
Ahora pasemos a la comunicación gubernamental como bien público. Uno de sus fines es favorecer la armonía y dar certidumbre a la sociedad; don Andrés lo hizo, pero solo para sus seguidores y, como usted sabe, hoy estamos polarizados. López Obrador cumplió cabalmente con la premisa populista de apelar al “pueblo” y establecer una lucha casi maniqueísta con sus “enemigos”; al no haber diálogo, tampoco retroalimentación.
El punto no es si pensamos distinto, sino que esa diferencia de perspectivas tiene una gran carga emocional negativa hacia “los otros”. Entonces, cabe preguntar si usted quiere comunicar y gobernar para todos los mexicanos o solo para los cuatroteístas.
Al principio de las mañaneras, parecía inexplicable que AMLO diera preferencia a medios que, con todo respeto, tienen muy poca cobertura. Pronto entendí que eso era parte de las tácticas para hacer verosímil su posverdad: los medios algo más grandes se erigieron como el enemigo. Cualquier cuestionamiento a sus datos y cifras lo convirtió en una falta de respeto, cuando no en traición a la Patria. Entonces cabe preguntarse si usted quiere que los medios la apoyen en la armonización, la transparencia y rendición de cuentas o nos va a dejar en el papel de basiliscos.
Como usted sabe, la comunicación gubernamental ayuda a forjar instituciones y al convencimiento sobre los valores a tutelar. Usted va a tener que remar contra corriente, doña Claudia, porque la realidad le va a explotar en las manos. El estado de la nación muy poco tiene que ver con el paraíso presumido por la 4T.
No vayamos muy lejos: AMLO ha estado posponiendo la fecha en que los servicios públicos de salud estarán al nivel de Dinamarca; como diría mi abuela, “ni yendo a bailar a Chalma”. Usted y yo sabemos que el desabasto no ha concluido, que la megafarmacia es una quimera y que hay millones de mexicanos en el desamparo. Usted no podrá inventar una nueva fecha, porque ya no hay espacio. Y lo mismo puede decirse de la inseguridad, la inflación, Dos Bocas, el Tren Maya, la educación, etc., etc. ¿Se va usted a arriesgar?
En fin, doctora Sheinbaum, si es su deseo continuar con la misma estrategia, a ver hasta dónde aguanta el “pueblo bueno y sabio”.
Ahora que si usted decide gobernar con sensatez, verdad y transparencia, la comunicación de sus actos le vendrá por añadidura.
Con la colaboración de Upa Ruiz
X: @upa_ruiz
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X: @Lmendivil2015