CONAHCYT: ¿Se acabará el muro de nopal?

DRA. ROSAURA RUIZ GUTIÉRREZ, PRÓXIMA SECRETARIA DE CIENCIA, HUMANIDADES, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN:

"La ciencia reúne conocimiento más rápido de lo que la sociedad reúne sabiduría": Isaac Asimov

Si usted ha leído mis columnas, por lo menos de vez en vez, sabrá que soy crítico de la 4T, porque aun cuando coincido con muchos de sus objetivos, discrepo totalmente de la forma en que los implementan. Dicho lo anterior, déjeme que le cuente el gran gusto que me dio saber que el CONAHCYT se convertirá en la Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación (SCHTI). Vamos, me dio tanto gusto como saber que el período de María Elena Álvarez-Buylla llegó a su fin.

Llevar al Consejo a nivel de Secretaría le costará el doble de trabajo, doctora Ruiz, porque usted recibirá un organismo destrozado. Dos elementos disfuncionales se juntaron para arribar a tal condición: por un lado, la alergia lopezobradorista a la meritocracia y los especialistas; por el otro el espíritu dogmático de su actual directora.

Empecemos por el asunto de los dineros. En términos reales, el presupuesto del CONAHCYT ha ido a la baja desde 2013 (-19%), pero el decremento se acentuó en este sexenio. Aun cuando la 4T diga que ahora invierte más en ciencia, tecnología e innovación, la mayor parte de los dineros se la llevan las secretarías de Salud, Educación y Energía, y la CFE, haciendo que el 40% que le tocaba al Consejo en 2013, se redujera a 28% en 2023 (Las finanzas del CONAHCYT, Nexos, 24/05/2023). Ahora que será Secretaría, a ver cómo le va con los dineros.

Ahora pasemos a los programas. Las becas de posgrado para el extranjero fueron las más afectadas. Al todavía presidente le parece que no es necesario ir a estudiar fuera del país para adquirir conocimiento de frontera y formas avanzadas de investigación. Sería innecesario si México invirtiera el 1.5 del PIB en ciencia y tecnología (CyT) como lo recomienda la OCDE, pero no es el caso; es más, en la nueva Ley de CyT aprobada por MORENA se borró de la Constitución tal obligación.  Así que se está invirtiendo 0.5 puntos del PIB y eso a repartir entre todas las Secretarías mencionadas.

Las becas de posgrado para estudiar en México no corrieron mejor suerte pues, de un plumazo, la actual directora suspendió el financiamiento. Mire, doctora Ruiz, para estudiar una maestría o un doctorado se requiere dejar de trabajar; si el estudiante no cuenta con una beca, debe tener papás con posibilidades económicas que lo mantengan. Así que esta decisión dejó fuera a jóvenes cuyos papás no son fifís, lo cual es una abierta contradicción con la igualdad de oportunidades que pregona la 4T.

El Sistema Nacional de Investigadores (SNI) también está desmadejado. Usted sabe mejor que yo que los salarios de los investigadores en México son magros, de ahí que el SNI los apoyara económicamente a fin de fomentar que más jóvenes se dedicaran a la investigación. Alrededor del SNI, doña María Elena y su equipo tuvieron muchas y muy “brillantes” ideas. Cambiaron las reglas tres veces, las dieron a conocer tardíamente, metieron en callejones sin salida a algunas categorías de investigadores y, desde luego, rescindieron algunos apoyos. Pero eso no fue todo…

Según Álvarez-Buylla había que ponerse estrictos con el SNI; ya sabe, “nada de privilegios”. Lo cierto es que el promedio de nuevos ingresos al Sistema andaba por los mil 800 investigadores por año y de repente, en 2023, el padrón creció 260% al ingresar cuatro mil 800. ¿Se relajaron los criterios? ¿Ayuda a los cuates? Vaya usted a saber.  

Otro drama alrededor del Consejo son los Centros Públicos de Investigación (CPI), varios de los cuales operaban con base en fideicomisos y, bueno, ya sabemos qué pasó con estos instrumentos financieros. Los dejaron desfondados un buen tiempo, les obligaron a comprar caro a través de adquisiciones mensuales en vez de anuales, etc., etc.

Así las cosas, no nos debiera extrañar que México descendiera en el Índice Mundial de Innovación 2022, al pasar del lugar 55 al 58. Cuando Álvarez-Buylla fue cuestionada en la Cámara de Diputados sobre la nueva Ley y otras fallas de su administración, su respuesta fue un poema: “Necesitamos una ciencia alineada con lo que el presidente de la República ha conceptualizado como el humanismo mexicano” (15/03/23).

Esa visión humanista es la que sentó a los representantes de SEDENA y SEMAR en la Junta de Gobierno del CONAHCYT y sacó a los de la UNAM y el IPN. Es la que quiere que las líneas de investigación sean las de la agenda de gobierno, no las políticas de Estado para el desarrollo del país y las inquietudes por el avance de los investigadores.

El espacio se me acaba, doña Rosaura. Solo le sugiero que, cuando tome posesión, vaya armada de pico, pala, ladrillos y cemento, porque le dejaron unas ruinas.

Con la colaboración de Upa Ruiz

X: @upa_ruiz

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X: @Lmendivil2015