La única garantía contra la corrupción es combatir la impunidad, poniendo sanciones rigurosas a unos cuantos casos
para sentar el ejemplo de a qué le tiran los corruptibles.
M. EN C. RAQUEL BUENROSTRO, PRÓXIMA SECRETARIA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA:
"Corrupción: Deterioro de valores o costumbres; putrefacción": Diccionario de la RAE
Dicen los abogados fiscalistas que la conocen, que usted es muy dura, pero correcta. Para un funcionario público, creo que es el mejor halago que su contraparte le puede dar. Ambos atributos serán su mejor instrumento en el puesto que desempeñará a partir del 1º de octubre, sobre todo por el berenjenal en que se ha convertido la Secretaría de la Función Pública (SFP) y aún más el combate a la corrupción.
Dicho coloquialmente, la obligación de la SFP es vigilar que las secretarías cumplan con tres principios: 1) Que los programas se ejecuten adecuadamente para dar el servicio prometido a los ciudadanos; 2) Que los dineros se gasten eficientemente según los programas y la Ley de Adquisiciones; y 3) Que las dependencias operen con transparencia y rindan cuentas.
En el primer punto, la administración pública federal más que menos cumplía, pero con la llegada de la 4T se trastocaron muchos procedimientos por aquello de que “no es el cargo, sino el encargo”, lo cual afectó mucho la eficiencia de las operaciones y se desperdició el “expertise” de la burocracia.
El segundo punto va a estar en chino, maestra Buenrostro, sobre todo en cuanto a los programas sociales. Éstos son importantes no solo porque pretenden sacar de la pobreza a la población, sino porque se llevan una gran tajada del presupuesto federal. Bien a bien, no sabemos si en los programas están inscritos quienes en estricto rigor deben estar y si los apoyos logran el impacto deseado o son un paliativo temporal. A lo que voy es que los indicadores de eficiencia son muy laxos.
En el tercer punto la situación es todavía peor. Le sugiero echar un ojo a las investigaciones de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, así como las del Instituto Mexicano de la Competitividad, organizaciones que con datos oficiales han documentado la opacidad y las “fallas” en los procedimientos de compras.
Mire, doña Raquel, el año pasado documentaron que en 74 por ciento de las contrataciones no hubo competencia, que hubo adjudicaciones directas al por mayor, incluso en contratos superiores a los 10 millones de pesos. Y cuando se licitaron las compras, 30 por ciento de los contratos tenían la documentación incompleta. Del decreto para declarar objeto de seguridad nacional las megaobras, mejor ni hablemos; de esas no hay ni media hoja que se pueda revisar y fueron cientos de miles de millones de pesos gastados. Con todos estos bemoles, el IMCO concluyó que el Índice de Riesgo de Corrupción aumentó en el 71 por ciento de las dependencias.
Llegados a este punto del desorden en la administración pública federal, cabe agregar otro elemento: la concentración de todas las compras del sector público federal en la SFP, en un engendro denominado Órgano Especializado de Contrataciones Públicas. No puedo llegar a imaginar la cantidad de personal que el dichoso órgano requiere, la curva de aprendizaje de los funcionarios menores, la lentitud con la que se desahogarán las compras, etc., etc. Además de ineficiente, no creo que la concentración sea garantía de probidad. Si se quiere ser corrupto, se encuentra la manera.
La única garantía contra la corrupción es combatir la impunidad, poniendo sanciones rigurosas a unos cuantos casos para sentar el ejemplo de a qué le tiran los corruptibles. Y de ahí en adelante, seguir apretando las tuercas.
Por otra parte, los funcionarios de las dependencias tienen que ser tratados como adultos y que se hagan responsables sobre sus tareas, y no protegerlos quitándoles la tentación para ubicarla en otro lado. Con otra, doña Raquel: antes, la SFP medio vigilaba el desempeño de las secretarías; ahora, ¿quién va a vigilar a la SFP…?
En fin, maestra Buenrostro, que a usted como a otros funcionarios que llegarán con la doctora Sheinbaum, les están dejando un cochinero.
Y créame, nada nos daría más gusto a los ciudadanos que dentro de un par de años, Mexicanos contra la Corrupción no tuviera nada qué reportar.
Con la colaboración de Upa Ruiz
X: @upa_ruiz
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X: @Lmendivil2015