IMSS: Dos buenas y varias malas

Yo sé que los nuevos programas, como el de visitas a domicilio para los adultos mayores, generan simpatías -y votos-

entre la población. Pero lo sensato sería sanear al sector salud, antes de crear nuevos compromisos. Digo…

LIC. ZOÉ ROBLEDO DIRECTOR GENERAL DEL IMSS:

"Eficacia: capacidad de lograr los resultados deseados": Diccionario de la RAE

Van la buenas… Muy acertada la idea de la plataforma “Receta Compartida”, anunciada por usted hace un par de días, mediante la cual los usuarios podrán reportar cuáles medicamentos no les son surtidos. La plataforma permitirá a todo el sector salud mejorar la recolección de datos sobre los medicamentos faltantes, así cmo cuáles tienen una mayor demanda y dónde se genera. No va a estar fácil, si se surten un millón de recetas al año, pero para eso sirve la tecnología y el involucramiento de la población.

La otra buena noticia es que la 4T le encontró la cuadratura al círculo de las compras consolidadas. Al ex presidente le disgustaba que, en algunos casos, el gobierno comprara los medicamentos a empresas distribuidoras en vez de hacerlo de manera directa a los laboratorios fabricantes; lo cierto es que algunos de estos últimos no cuentan con el servicio de distribución. A partir de ese disgusto, los mexicanos empezaron a padecer el desabasto de medicamentos pues en el pasado sexenio se intentaron cuatro métodos de adquisición y todos fracasaron.

Es de esperar que el IMSS ahora se vea beneficiado con el nuevo protocolo desarrollado por la Secretaría de Salud, concretamente por el subsecretario Eduardo Clark. De hecho, Juan Villafranca, presidente de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos, se expresó en términos halagadores sobre la planeación y condiciones de la mega compra consolidada de medicamentos que ha lanzado la Secretaría (Ciro por la mañana, 28/11/2024). Así que a partir de marzo de 2025 podría declinar el desabasto. Ojalá.

Van las malas

Durante la presentación del Programa de Salud se planteó como uno de los objetivos la disminución de los tiempos de espera en clínicas y hospitales. Le cuento dos casos que conozco de manera directa y que, seguramente, se multiplican a diario.

Durante toda mi vida me he atendido en la medicina privada, pero hace un año decidí activar mi carné del IMSS, por si las dudas. En julio pasado, mi médico familiar consideró conveniente una revisión por parte del cardiólogo y es fecha que estoy esperando la llamada del hospital donde se supone que atiende el especialista.

Hace una semana le recordé al doctor que no había tenido la mencionada consulta; “Es que el cardiólogo del hospital renunció,” me dijo, “luego llegó uno y solo estuvo dos meses, así que el hospital sigue sin cardiólogo.” “Ah, caray,” le respondí. “¿Ni siquiera un médico cubano de esos que salen tan caros?” Afortunadamente, yo tengo las posibilidades de tratarme con un especialista privado, porque de lo contrario…

La señora Lupita, quien ayuda en la limpieza en mi casa, pasó el fin de semana en urgencias de su clínica del IMSS con un dolor insoportable. El diagnóstico fue que el malestar podía deberse a cualquiera de dos causas: piedras en la vesícula o una fuerte infección en el aparato digestivo. Para precisar el origen del mal, era necesario realizar estudios de laboratorio y un ultrasonido.

Pero con la novedad de que los análisis se los pueden hacer hasta el 10 de diciembre y para el ultrasonido ni siquiera hay fecha. Le sugerí que fuera a Salud Digna a hacerse los análisis y así por lo menos podría tener información certera e inmediata, pero en el IMSS no le aceptan tales estudios. ¿Y mientras?

La propuesta de abrir los centros médicos durante los siete días de la semana para acortar las esperas sería un avance, pero lo mismo deberían de hacer con los laboratorios y las áreas de imagenología, lo cual supone la contratación de personal técnico y la compra de insumos. Ojalá que el Programa de Salud cumpla con el equipamiento que se ha propuesto pues, de otra manera, otorgar consultas servirá de bien poco.

¡Y las instalaciones!, don Zoé. Ayer mismo leí un reportaje bien documentado de La Crónica, el cual consigna que en el pasado sexenio solo se atendieron las deficiencias físicas del 20% del total de clínicas y hospitales. ¿Pues no que íbamos a tener un servicio como el Dinamarca?

Por lo que personalmente he visto, la limpieza de las clínicas y hospitales es lamentable. Me quedé con pasmado cuando en el hospital vi a dos afanadores barriendo el piso, pero sin recogedor; es decir, arrastraban la basura por todos los pasillos hasta algún punto indefinido. Tampoco trapean, ni sanitizan los pisos, licenciado Robledo, porque no tienen con qué hacerlo.

Yo sé que los nuevos programas, como el de visitas a domicilio para los adultos mayores, generan simpatías -y votos- entre la población. Pero lo sensato sería sanear al sector salud, antes de crear nuevos compromisos. Digo…

Con la colaboración de Upa Ruiz

X: @upa_ruiz

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X: @Lmendivil2015