Por lo menos dos años durante los cuales Trump seguirá sintiéndose el hombre todopoderoso del universo, hasta que
lleguen las elecciones intermedias en EU. A ver si entonces se modera un poco
LIC. JESÚS RAMÍREZ CUEVAS, COORDINADOR DE ASESORES, PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA:
Ayer, al abrir el portal de The New York Times me encontré que, como nota central, está un video con las principales las reacciones del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Los extractos de sus discursos muestran la firmeza y dignidad con la cual ambos mandatarios están respondiendo a la imposición de aranceles por parte del presidente de EUA, Donald Trump.
Sheinbaum y Trudeau no son los únicos que señalan el alto riesgo que para la economía de los tres países tiene la medida estadounidense, Jesús. En las notas publicadas por TNYT se repite el asombro ante la medida arancelaria, “dejando a empresas, inversores y economistas perplejos sobre por qué Trump crearía tal agitación sin negociaciones prolongadas ni un razonamiento claro”.
En otro medio de relevancia internacional me topé con la declaración de Michael Strain, del conservador American Enterprise Institute: “Nada de lo que pueda decir (Trump) cambiará el hecho de que crear una enorme incertidumbre sobre el futuro de la política comercial y los programas gubernamentales, evitará que las empresas pongan en pausa el gasto en inversión. (…) Nada de lo que pueda decir impedirá que los aumentos de aranceles se reflejen en precios más altos para el consumidor” (The Washington Post, 4/3/2025).
Y por el estilo hay muchas más declaraciones, lo mismo de la Asociación de Líderes de la Industria Minorista, que CEO de grandes corporativos como Target y Best Buy, o analistas económicos. Ayer comenté en este mismo espacio cómo los mercados y bolsas tuvieron una reacción negativa; pues hoy nos amanecimos con que incluso algunas asociaciones económicas evaluaban la posibilidad “emprender acciones legales para desafiar la autoridad de seguridad nacional que la administración Trump está invocando para promulgar los aranceles” (TWP 4/3/2025).
Como buen populista, míster Donald sigue la lógica (¿?) de “después de mí, el diluvio” y no entiende un mundo complejo de interacciones económicas y productivas; solo parece imaginar que miles de millones de dólares ahora llegarán a sus arcas. Sin embargo, no necesariamente será así, licenciado Ramírez.
China ya anunció que impondrá aranceles a los productos agropecuarios que importa de EUA, lo cual son malas noticias para nuestro vecino, pues el país oriental adquiere el 14% de todas las exportaciones estadounidenses del sector primario. La soya, por ejemplo, representa la mitad de las exportaciones agrícolas estadounidenses a China, por lo cual los futuros de este cultivo, así como de maíz y trigo estadounidenses también cayeron.
Muchos dicen que EUA se está dando un balazo en el pie, pero eso no es consuelo porque para México significa la amputación de una pierna, si no es que de las dos. Por ello, en principio me sorprendió que la doctora Sheinbaum anunciara que el plan para enfrentar los aranceles lo detallaría el domingo en el Zócalo; pero después llegó la información del secretario de Comercio, Howard Lutnik.
Aunque algo confusa, representa un rendija de esperanza, pues afirmó que, si México y Canadá demuestran que están deteniendo el flujo de fentanilo, existe la posibilidad de que se modifiquen -que no eliminen- los aranceles. La decisión podría anunciarse el miércoles o jueves.
A lo anterior se sumaría la conversación telefónica pendiente entre Sheinbaum y Trump, porque como ella misma afirmó “el diálogo siempre ayuda”. Con la cabeza más fría que Trudeau, doña Claudia esperaría jugar su última carta antes anunciar formalmente las medidas arancelarias y no arancelarias de México hacia EUA.
¿Qué esperar en el mitin del domingo en el Zócalo?
De entrada, un llamado a la unidad nacional, el cual espero no se partidice, porque este es un asunto de Estado, no de la 4T, mucho menos de MORENA. En segunda instancia cabría esperar que la presidenta nos diera a conocer una nueva versión del Plan México, porque si íbamos tarde al nearshoring, pues ya se nos fue ahora que míster Donald lo quiere para EUA.
Cuando se hizo la presentación del Plan México, se planteaba como una hoja de ruta que respondía a las siguientes preguntas: “¿Qué queremos hacer para llegar a buen puerto?, ¿quién lo va a hacer?, ¿cómo lo vamos a hacer?, ¿qué dificultades tienen?, ¿y cuáles son las metas específicas (y en qué) tiempo debemos cumplir?” Bueno, pues el “buen puerto” ya es otro, los recursos para llevar a cabo los planes serán distintos y las dificultades serán mucho mayores. Lograr que México pase de la economía 12 a la 10 del mundo se antoja casi imposible; con que no bajemos a la 13 nos daríamos por bien servidos.
Y lo peor, quedan por lo menos dos años durante los cuales Trump seguirá sintiéndose el hombre todopoderoso del universo, hasta que lleguen las elecciones intermedias en EUA. A ver si entonces se modera un poco.
Mientras, ojalá aguantemos, Jesús.
Con la colaboración de Upa Ruiz
X: @upa_ruiz
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X: @Lmendivil2015