López Obrador ha lanzado la orden; “arrasar y desaparecer a las oposiciones, no dejar rastro de su existencia”.
Así de contundente, así de clara ha sido la instrucción enviada a su partido Morena y recibida de manera literal por el señor Mario Delgado, presidente del Comité Ejecutivo.
Hombre de pocas luces intelectuales, el ciudadano de Palacio Nacional, su Palacio, ha entendido en su práctica populista, que México le pertenece.
Arrollar a las oposiciones, es un sinsentido cuando se vive en democracia, sin embargo, estamos a un minuto de caer en la negra noche de la democracia.
Al señor presidente le importa un comino la Constitución, le importan poco las leyes en el Instituto Nacional Electoral, (INE), tiene una composición de consejeros que le es favorable.
El Tribunal del Poder Judicial de la Federación, (TEPJDF), es una entelequia al servicio del Ejecutivo, en las Cámaras, los diputados y senadores de su partido, le son leales a morir.
La mayor desgracia de nuestro país, sin dudas, es Morena, la falta de ética, de compromiso con la República, de amor por la Patria, los ha vuelto deleznables.
Nunca en la historia moderna de México, habíamos sufrido algo similar, la abyección total a un presidente, aprueban sin leer las iniciativas que envía el primer mandatario.
Sin saber que votan, la mayoría de las y los legisladores de la 4T levantan la mano y basta, no les importa el daño que podría hacer al país entero.
Un gobierno cuya única forma de comunicar, es la vulgaridad, la amenaza, el insulto y la victimización, de racionalidad, nada.
El ciudadano presidente, pide sensatez y segundos después ataca a sus opositores con una lluvia de adjetivos e insultos.
Para López Obrador la divinización de su persona
es lo más importante, a los gobernadores de Morena la orden es que nombren al mandatario, mínimo, dos veces.
Para Acapulco, el señor del Palacio, no ha tenido un solo gesto para con los afectados por la tragedia y agredidos por la actitud del señor de la banda presidencial.
Duele México, duele ver la destrucción de las instituciones que nos llevó un siglo construir, duele la democracia, duele la libertad, duele la indolencia ciudadana.
Necesitamos enfrentar al demonio del abstencionismo, enfrentar la apatía, y generar un gran movimiento que eche de la presidencia a Morena, y que logre mayoría en diputados y senadores y congresos locales. Es por México, es por todos nosotros.
Hasta la próxima.
Jesús Corona Osornio
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Periodista, Psicoanalista, Director de Analítica Lacaniana, autor de El Acento Periodismo. Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión. con más de 37 años ejerciendo el periodismo en México.